El 5 de octubre se cumplió un nuevo aniversario del
fallecimiento de Santiago Lischetti, ocurrido en el año 2007 a la edad de 96
años.
Por tal motivo recupero del archivo el reportaje realizado
para la sección El Personaje de la Semana publicado el 1º de octubre de 1999 en
el Diario EL SUR (por entonces se llamaba Del Sur).
En este diálogo busqué mostrar un costado más personal e íntimo de alguien a quien siempre se lo consultaba sobre la historia de Villa
Constitución o por su labor docente, pero poco sobre su propia vida. Tengo la satisfacción que me obsequiara varias de sus obras, material ineludible para mi trabajo periodístico.
Recetas para una
larga vida
El pasado 5 de setiembre (de 1999) cumplió 88 años, a lo largo de
ellos Santiago Lischeiti construyó una trayectoria en base a su trabajo
constante, sea como docente, historiador o poeta, sin mencionar su
participación en las comisiones directivas de casi todos las instituciones de
la ciudad.
En plenitud
"Me felicito de estar pleno en cuanto a la mente, tengo
las bisagras oxidadas -como digo siempre- porque tengo un poco de artrosis en
las rodillas que no me impide trasladarme a donde quiero», comienza diciendo
Santiago Lischetti haciendo gala de su característica locuacidad que permanece
intacta con 88 años recién cumplidos.
Asegura estar «completamente sano» y «lúcido» y se enorgullece
de su memoria. Al respecto cuenta una anécdota reciente protagonizada frente a
unas visitas a «las que les dije: -Les voy a nombrar treinta zarzuelas y les
voy a nombrar treinta óperas, y les voy a decir la parte de cada zarzuela y de
cada ópera, y se las puedo tararear, etc.. etc. Y se quedaron asombrados...
Todo lo que me agrada, rápidamente lo capto y lo guardo».
Receta de vida
Para llegar a los 88
años en plenitud Lischetti afirma que existen «recetas». En primer lugar
enumera los genes «y después el sistema de vida que cada uno lleva. Mi madre
tuvo una salud de hierro, murió a los ochenta años por haberse quebrado la
cadera y por haberla tenido dos meses acostada mirando el techo, con toda su
dentadura, con toda su lucidez, una maravilla de salud, jamás tuvo un
resfriado. Mi padre todo lo inverso».
La longevidad, una especie de herencia familiar, en el caso
de don Santiago se ve potenciada por «haber permanecido soltero. La familia es
un regalo de Dios, no cabe duda, cuando sale buena. Tanto la esposa como los
hijos, pero la familia es una carga, terriblemente pesada, sobre todo para el
que no tiene recursos económicos para que todo se le haga fácil. Es un
sacrificio permanente, criarlos, conducirlos y darles luego un estudio, una
capacidad del nivel que sea para que ubiquen en la vida... Y los padres se
mueren sirviendo a los hijos, y si no es a los hijos, es a los nietos».
Lo que mata es el
estrés
A estos ingredientes debe sumársele que no conoce «un
resfrío o la gripe, ni conozco ningún tipo de dolencia, sacando ahora este
inconveniente de la artrosis, que tampoco la tomo en cuenta». El otro elemento
esencial es el no haber tenido nunca «problemas económicos, es decir no estuve
nunca estresado, Porque es el estrés el que mata». «Yo siempre dispuse de mi
tiempo, de mi dinero, como he querido. He viajado por todo el mundo, he
estudiado lo que he querido y he hecho lo que me ha gustado. Y he ayudado de
paso a los demás, también», dice sin modestia pero sin jactancia.
Esa situación aliviada le permitió dedicarse de lleno a la
investigación historiográfica, «por ejemplo, este libro grande (Historia de
Villa Constitución 1857-1980) me llevó nueve o diez años. Me iba a Santa Fe...
para ir me levantaba a las cuatro de la mañana, llegaba más o menos a los ocho
y media, nueve y me sumergía en los archivos... Y me quedaba una semana en los
hoteles de Santa Fe o en la casa de una tía mía en Rosario».
Años entre libros
La pasión por la historia «en mí y en muchísima gente» nace
«porque a mí toda la vida me apasionó el pasado. Ese tiempo que uno no ha
transitado. Me apasionó el pasado y los papeles amarillos». Recuerda que esa
pasión lo llevó «a la catedral de San Nicolás a averiguar la exactitud de esa
señora, Ruperta Rodríguez, que murió en Villa en la esquina de 14 de Febrero y
General López, de 111 años de edad. Había nacido tres años después del
pronunciamiento de Tucumán».
Allí se encontró con libros donde constan «los
fallecimientos de San Nicolás durante las invasiones inglesas». Y así «me he
pasado años enteros de mi vida en ese placer de sumergirme y penetrar en ese
mundo ignorado de pasado». Además, «cuando fui secretario de gobierno de la
municipalidad, en los momentos que tenía libre pedía que me trajeran los libros
de las instituciones».
Las ventajas de la
mesura
Volviendo a las
recetas para una vida longeva, Santiago manifiesta: «Yo me he cuidado del
tabaco, porque el filtro o el tabaco que sea, se impregna la saliva de nicotina
y eso va a la sangre. Siempre me resistí a que el cigarrillo me domine». Además
«no me he excedido con el alcohol para nada; soy un enamorado de las tisanas y
de los yuyos. He comido de todo, y me gusta la alta y la buena cocina, y la
buena bebida, pero todo mesurado. Jamás abusé de los picantes, todo lo que
pudiera ser irritante nunca me gustó». Pese a «haber tenido rabietas como todo
el mundo», aprendió «a tomar las cosas como venían y jamás me he estresado o
preocupado».
La brevedad de la
existencia
«Tengo 88 años de vida feliz, y lo que me duele, es
precisamente que he llegado a los 88 y quisiera vivir otros 88», dice
resignado. «La vida, siempre he dicho, es una enorme inutilidad, porque la vida
es un paseo por la tierra, nada más. Y como todo paseo tiene un principio y un
final, abstracción hecha de cómo se ha vivido». Reafirmado esta filosofía don
Santiago cita un adagio latino que dice: «La vida es breve y la labor es larga.
No vivimos nada para lo que hay que aprender y hacer... ¡Yo tendría tanto que
escribir y tanto que hacer!".
Maestro rural
Desde 1929 y hasta 1957, momento en que se jubiló como
director, Santiago Lischetti ejerció como docente, fundamentalmente en escuelas
rurales. «Otro de los tiempos felices», señala. Pese a que el padre deseaba que
siguiera en el negocio familiar, un gran almacén, eligió la docencia. «Y toda
mi vida, hasta hoy, mi pasión fue enseñar. Veintidós años ejercí la docencia en
escuelas rurales -continúa-, me inicié como director en Theobald por eso lo
quiero tanto".
BREVE BIOGRAFIA
Hasta aquí el reportaje del año 1999. Comparto ahora algunos
datos sobre la prolífica producción y actividad de Lischetti, aportados por el
periodista Mario Carrillo a través de sus efemérides que publica diariamente en
su Facebook. (www.facebook.com/marioalberto.carrillovillamayor?)
05-10-2007 – Muere Santiago Lischetti: En la madrugada de
ese día fallece el docente, historiador y Ciudadano Ilustre de Villa
Constitución, don Santiago Lischetti; tenía 96 años. En su homenaje, y por
haber sido el impulsor de su formación, se le colocó su nombre al Museo
Municipal Histórico y Regional de Villa Constitución (creado el 6 de febrero de
1959)
tras largas jornadas de investigación en la capital
provincial y en Rosario escribió sus obras historiográficas esenciales:
“Reseñas históricas de Villa Constitución en su Centenario”, “Historia de Villa
Constitución 1857-1980”, “Historia de Empalme Villa Constitución 1890-1982” y
“Radiografía de Villa Constitución en tres placas”. A ellos hay que agregarles
sus cinco libros “Villa Constitución anecdótica y pintoresca” y gran cantidad
de folletos que recogen la historia de instituciones y lugares de la ciudad. Al
margen de la historia, previamente publicó “Cincuenta temas de lenguaje de 2º grado,
en versos para la fijación de los conocimientos” y “Versos para mis niños”,
material que fue utilizado por las escuelas de la zona. En cuanto a su obra literaria
caben destacarse “Vibraciones”, “Pétalos dispersos”, “Sonetos” y “Antología
poética” como así también la letra del “Himno a Villa Constitución” (con música
de Mateo Papávero) compuesto con motivo de conmemorarse el centenario de la
ciudad. Su labor como historiador le valió ser aceptado como miembro de la
Sociedad de Historia de Rosario. Pero seguramente su obra más conocida es la
fundación, el 6 de febrero de 1959, del museo que lleva su nombre.
Vivir haciendo: Además participó activamente en la vida de
casi todas las instituciones de la ciudad y en plano oficial fue Secretario de
Gobierno y Director de Cultura de la Municipalidad (1955 y 1960) y
subsecretario del Concejo Municipal (1973 a 1975). Asimismo no hubo medio de
comunicación que no lo tuviera como colaborador.
ACLARACION
A Santiago Lischetti se le critica que en su escritos no se
aborden los conflictos y movilizaciones populares que dieron origen al Villazo
del 16 de marzo de 1974 y la posterior represión del 20 de marzo de 1975.
Al respecto, en su libro "Radiografía de Villa Constitución
en tres placas", relata algunos sucesos que le tocó vivir en esa época y
previamente señala (ps. 95 y 96):
"1974. Este año está signado por graves acontecimientos que
conmueven al país y, entre nosotros transcurren movimientos de protesta de los
obre ros metalúrgicos al que se adhiere algún otro gremio de la ciudad,
realizando marchas por calle San Martín y muy nutridas tanto corno encendidas
concentraciones en nuestra plaza central con pancartas y oradores que señalan
las distintas motivaciones que han provocado actitudes masivas de los trabajado
res. Se vive un clima tenso. Nadie sabe bien, a ciencia cierta, qué está ocurriendo.
La lucha antisubversiva cubre el país y, nuestra ciudad entra en la serie de
comunidades víctima de hechos desagradables y luctuosos que con mueven la
tranquilidad de sus hogares. Villa es catalogada oficialmente como de
"importante foco sedicioso" y nuestro nombre, en el sitio del país en
que sea visto y fundamentalmente en las chapas de los automotores es sinónimo
de "tirabombas" generando temor, incomunicación, recelo y recogimiento
de la gente en todos los niveles. El contexto general de este estado de cosas,
desde su génesis a su extinción, configura un inmenso panorama de causas,
situaciones y demás, imposible de narrar cabalmente en un orden cronológico de
sucesos y motivaciones que tuvieron en vilo a la Nación duran te casi un
lustro. Resulta por lo tanto difícil escribir sobre este período sombrío de
nuestra historia contemporánea, exponiendo incluso opiniones y conclusiones. Es
tarea de tiempo, labor de un equipo plural, investigativo, que llegue a conocer
profundamente hasta donde sea posible todo el proceso de causas y efectos y no,
por lo tanto, el trabajo de una sola persona como es el caso del que esto
escribe que no es un historiador del ámbito nacional, sino únicamente un
compilador-narrador de las cosas de su pago natal, dicho todo esto en relación
a habérsele señalado la ausencia en sus libros y cuadernos del tratamiento del
tema en las tres facetas configuradas por la subversión, la represión y lo que
se ha dado en llamar TERRORISMO DE ESTADO".