martes, 23 de febrero de 2021

Entre el dolor y el homenaje

En la recorrida que realizo en este blog sobre los suplementos que escribí para Diario EL SUR relacionados a algunos de los aniversarios de la Fundación de Villa Constitución, llego ahora el último. Uno muy especial porque elegí unir la historia fundacional de la ciudad con dos de sus cronistas y a la vez artistas: Luis Capriotti y Mario Carrillo. 

En el inicio del suplemento explico el motivo de esta elección.


2021: 163º Aniversario de la Fundación de Villa Constitución


Luis y Mario, el arte de contar y vivir la historia villense 





Marzo es un mes gris y doloroso en Villa Constitución, tan significativo como el 14 de Febrero, su fecha fundacional, porque en los 70 partió en dos su historia, pero también hubo otros tristes acontecimientos que aún duelen.

Por eso en este nuevo aniversario de la ciudad vamos unir el 14 de Febrero con los hechos de varios marzos.

Hace casi 10 años, el 1 de marzo de 2011 falleció Luis Capriotti; hace casi un año, el 3 de marzo de 2020, nos dejó Mario Carrillo. En su memoria, a modo de póstumo homenaje, es que los elegí para conmemorar este aniversario de la ciudad.

Fueron dos tipos geniales, que marcaron un camino en el periodismo y el arte villense; dos creadores; dos maestros; dos colegas; dos amigos con los que compartí años de trabajo y de proyectos.

De Luis, además de un gran recuerdo y numerosos escritos suyos, tengo una grabación de la lectura que hizo en radio de un poema del dirigente metalúrgico Victorio Paulón, titulado “Los tres marzos”. Se refiere al 16 de marzo de 1974, El Villazo; la posterior represión iniciada en Villa Constitución el 20 de marzo de 1975, antesala del golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Siempre marzo. 

En este suplemento encontrarán un cuento de Mario referido a esos marzos de los que habla Paulón. Entre paréntesis, en marzo de 1992, falleció en un siniestro vial otra amiga, la dirigente de Amsafe, Susana Gómez de Arizaga.

Antes de adentrarnos en textos de Luis y de Mario que rescatan historias y personajes de nuestra ciudad, hagamos un rápido repaso de la vida y obra de Luis y Mario.


Luis Capriotti, usina de ideas

Capriotti fue un personaje polifacético, talentoso, lector omnívoro y una permanente usina de ideas. Nació en Villa Constitución el 9 de enero de 1946. En 1962 se graduó como maestro en la Escuela Normal y ejerció su profesión en colegios de nuestra ciudad. Más tarde se radicó en Capital Federal donde en 1974 obtuvo el título de Profesor de Teatro en el Conservatorio Nacional.  En 1982 volvió a Villa Constitución y al poco tiempo fue designado Director de la Escuela Municipal de Teatro de San Nicolás hasta 1988. De allí pasó a ocupar el área de Cultura de la Municipalidad local en la gestión de Jorge Malugani.  Su labor periodística, tanto gráfica, radial y televisiva, evidenció siempre un gran nivel de calidad y adhesión popular. En 1988 recibió el Premio Prensario al mejor programa de televisión por cable del interior de país por su producción “Viejos son los trapos”, correspondiente a su ciclo “Todo es arte”.  Otros programas de televisión exitosos fueron “La ciudad Oculta”, “Aquí a la Vuelta”, “Los chicos de aquí”, “Lo mejor de casa casa”; en tanto en radio se recuerdan especialmente “Un pedazo de tarde” y “Llamelo X”. También escribió cuentos, poemas y relatos, muchos publicados en la prensa local.

 

Mario Carrillo, síntesis del periodismo

Mario Alberto Carrillo Villamayor nació el 25 de junio de 1956. Inició su tarea periodista en 1976 y partir de su incorporación al El Pulso (semanario villense que apareció entre 1979 y 1989) dejó trazado el camino del periodismo gráfico que después extendió a otros medios como el semanario Tiempo, la revista Enfoques Regionales, el diario Constitución y Diario EL SUR.  En televisión condujo a lo largo de los 90 y parte de la primera década de este siglo ese compendio de lo que debe ser un programa periodístico: El Cristal. Además en 2011 junto a Víctor Dimaría, Valería Ríos y Ariel Gómez, integró el equipo inicial de “Cierre de Edición”, el ciclo de Visión Sur que se emite de lunes a viernes por Cablevisión. Su enfermedad le impidió continuar con su tarea. En su larga carrera, iniciada alrededor de 1976, Mario también logro plasmar su estilo en radio,  en programa como “Despertares” y especialmente  en “De un solo modo”.  En 2016 dio a conocer su primer libro de cuentos  “Los amores del Sr. Comisario” y en 2017, “El día que quisieron matar al líder”. A fines de 2017 culminó su novela “La sangrienta maldición de los Burundarena” y al momento de su muerte estaba escribiendo otras dos que quedaron inconclusas.


VILLA, SU HISTORIA Y SUS PERSONAJES


Poetas y poetisas según Luis

Un sábado de 1992, Luis Capriotti escribió este particular y personal prólogo para la “Primera Antología de Poetas Villenses” que se presentó en la 2ª Feria Regional del Libro:

Hoy es sábado, y todo es como debe ser un sábado: compras, pasear al perro más de lo ordinario, armar un programa, traer flores a casa, terminar aquel libro. Gozar este bendito hogar, cálido a fuerza de música, leña y recuerdos.

Pero parpadea la luz del contestador y entre confusos llamados, Nidia dice que no me olvide del prólogo de la Primera Antología de Escritores Villenses que... ¡Ah! querida secretaria mía ni en fin de semana dejas de ser eficiente. ¡Ah! querido contestador que útil sos, pero te odio.

Es sábado, hace frío, hay leña encendida, flores esperando ser acomodadas en una jarra y un montón de poetas esperando ser editados. Hago como en los siniestros lagañosos minutos después que suena el reloj despertador… Solo un minuto… Minuto fatal.

Hago tiempo. Pongo las mandarinas ordenadamente en la frutera, Luis Antolloni me ayuda porque su barrio tiene olor a cáscaras de mandarina. Las manzanas van para otro lado, son tiernas y misteriosas como Andrea Reboratti (¿Cuándo la conocí? Lo que es peor ¿cuándo conocí a su padre? Es como si toda la vida estuviesen en mi vida.)

Y comienzo a preparar el ramo.

Flores con el olor acre de las acacias, olor a las barrancas de Gladys Lombardo y su padre Don Mateo. Crisantemos delicados mezclando el aroma de la muerte y la vida como lo hace Emilse Ríos en sus poemas. Claveles como los que habrán usado los rufianes de calle Colón, aquellos de Guildo Corres, Baldarena o Edgar Ludmer.

Un par de siemprevivas para el Doctor Palmieri; para Don Santiago Lischetti pétalos dispersos. Una clavelina humilde y callada para mi querido Ariel Gómez, tan lleno de tardes y misterios. Una rosa blanca para Bibiana Espinosa.

Ghisophilas para todo el resto. Ramo armado, sueño realizado.

Otro leño para la salamandra, Ney Matogrosso canta "Islas", el perro me sigue a todas partes. Es sábado, Sofía dejo la casa impecable, me siento bien.

Un gran ramo avanza por la casa: Nidia éste es mi prólogo, no podía ser de otra forma. Compartí con ellos tantos dolores y alegrías que si dijese cosas sesudas y altisonantes, se morirían de risa. Pero, sabés? Me gustaría tenerlos aquí a todos junto al fuego, compartiendo la música de sus palabras; el color de sus emociones, el olor de sus recuerdos, y ojalá mi perro no se ponga muy cargoso, porque ama los poetas.

¿Será cierto eso de que los perros se parecen a sus dueños?




Una carta a Grecia

En septiembre de 1991 los santafesinos votamos por primera vez con la confusa y denostada Ley de Lemas, técnicamente denominada Ley del doble voto simultáneo. En el desaparecido Semanario Tiempo, Luis le dedicó este texto a Rubén Villanueva, viejo amigo radicado en Grecia donde estudiaba Museología, y además primo de mi madre.


CARTA ABIERTA AL COLORADO VILLANUEVA QUE NO VOTARÁ ESTE AÑO

Querido Colo:

Vos no leerás esto. Puede ser que algún amigo común envíe el recorte a esa Grecia donde te fuiste a estudiar por un tiempo. A comprobar las proporciones que te enseñaron en la Universidad, a ver el para siempre celeste Mediterráneo con la voz de Irene Papas, extrañando como loco ese marrón grisáceo del Paraná que no entendiste durante tanto tiempo con la voz de la Ramonita.

Hace diez años que nos conocemos. Vos eras tan joven que me preguntaste ¿Cómo es votar? ¿Qué hay que hacer?

-Pensar Pibe- pensar... frase pobre para una calle Colón de tierra, para un setiembre del 82 con una luna llena así de grande con una diferencia de edad tan grande como la nuestra. Mi adolescencia contra tu jardín de infantes y de cuadrillé y flequillo.

Y te diré la peor. Yo no creía: Había visto al viejo Troilo charlando con mi papá como cualquiera, otros señores extraños, uno se murió y lo velaron en el salón municipal, ya invadidos por el espanto, la petulancia, la soberbia de los colaboracionistas que quieren volver como en la canción de “Sui Generis”. La nada, con tanta diferencia de edad y experiencia yo tampoco sabía bien cómo era eso de votar.

Estarás fotografiando cariátides y haciendo estudios profundos de columnas.

Todo es blanco en Grecia y a pesar de Antony Quinn todo es limpio.

Aquí se ensucia todo. Gente que te mira de reojo porque pensás distinto. En las calles se pintan los frentes, nombres de improbables intendentes aparecen con pinturas sintéticas, pinturas que solo la lluvia, el sol, el tiempo borrarán (para tu profesión ¿cuánto tiempo exacto llevará en limpiarse las paredes?) (Mi profesión dice que primitivo y efímero es el orgullo que debe sentir cierta gente en ver su nombre en letra impresa). Me mandás a decir que extrañás un par de cosas: El vino blanco, nuestros diarios, Mirtha Legrand, Las Palmeras de Boulevard Oroño, la gorda tetona del kiosko de Entre Ríos, las pizzas del Colorado Ricci, la bibliotecaría afónica, mis sanatas, el pollo al vino de tu vieja, China Zorrilla, Lito Nebbia y el clima pre electoral que estaremos viviendo.

No te engañes Colo. Este clima es distinto al que vivimos en los 80. Todo suena a: ¿Qué dicen esos tarados? No me como ninguna. No te creo nada! (a Coppani no lo conocíamos).

Ahora me toca a mi vengarme con el voto...

Haceme caso Colo: el domingo 8 andá al Consulado Argentino hacete sellar el documento, no escuchés la sarta de boludeoes que dicen los argentinos presentes, esos que prefieren morirse de hambre allá, volvé tranqui por alguna calle blanca que baje al Mediterráneo.

Si te sobran algunas rupias llamame tipo cinco de la mañana del lunes para vos, aquí serán las 12 yo terminaré mi laburo de periodista, me tomaré un vino blanco y te contaré como están las cosas.

Como que Colón tiene pavimento porque Bastino peleó y luz porque el Polaco peleó y andá saber qué tendremos, qué tendremos con el próximo... pero pudimos… ¿Viste, que no era tan complicado? Era cuestión de pensar, como te dije acá en un setiembre con viento norte.

Cuídate mucho, volvé pronto, escapale a los colaboracionistas como a la vista de la serpiente, no comás porquerías y perdonalo a este veterano careta que casi, casi aprendió a votar con vos.

Un abrazo Luis.

P.D.: La misma luna alumbra calle Colón, a pesar de las luces nuevas, mansiones nuevas, ideas nuevas…

¿Cómo es la luna en Grecia? Aquí nunca pudieran prohibirla los colaboracionistas ¿vos me entendés no?



Una inquietante ¿ficción? de Mario

El día que quisieron matar al líder 

El hombre, parapetado sobre el techo de una casa de tres pisos, trata de enfocar y ver a través de la mira telescópica su objetivo. Está intranquilo y transpiran sus manos enguantadas; también su frente; el sudor molesta los ojos; se retira un poco, trata de secarse con un pañuelo y luego vuelve a la posición que tenía; ajusta displicentemente la mira; ya está; ya lo tiene para un disparo justo en la frente. Está a unos cuatrocientos metros de su “blanco”, por lo que observa las banderas de los trabajadores reunidos en asamblea, para conocer la fuerza y la dirección del viento. Todo está en calma; los gritos eufóricos de los obreros y la arenga del líder histórico sobre improvisada tarima, sumado a la distancia, apagarán definitivamente el sonido del disparo….

“El zorro” se la tenía jurada a aquel dirigente combativo, que había logrado torcerle el brazo y ganarle la seccional mediante el voto directo de los afiliados metalúrgicos. Por eso, junto al “Brujo” y la extrema derecha del partido, -aprovechando que eran gobierno- inventaron una burda mentira de un complot subversivo para “disciplinar” a los rebeldes. Y un día 20 de marzo de 1975, coparon aquella ciudad del sur santafesino, con sus más peligrosos esbirros, para desarticular y emprender dura represión contra dirigentes y trabajadores. Sembraron muerte y miedo los “culatas” de la UOM Nacional y de otros gremios, la Triple A, junto a fuerzas de seguridad. Encarcelaron, reprimieron y mataron a activistas y trabajadores.

Aun así, aquel oscuro personaje, se había quedado con la sangre en el ojo; sobre todo se acrecentó su odio visceral, cuando seis años después el llamado líder histórico salió de la cárcel y comenzó reorganizar su agrupación, primero clandestinamente y luego abiertamente; aún estaba el gobierno procesista cuando hubo un paro nacional; se instaló en las puertas de acceso a la planta de Acíndar y arengó a los trabajadores para que se plegaran al paro. Hubo allí una asamblea y ocurrió lo que hasta entonces parecía imposible: Los trabajadores decidieron adherir a la medida de fuerza y reconocieron al “cabezón” como su referente. Luego se montaría toda una estrategia, en la que habría colaborado el flamante presidente constitucional, para que estuviese en condiciones de presentarse a elecciones y volver a ser conducción. Las elecciones fueron en 1984 y la ganó con el 88% de los votos. “La Marrón”, que recuperaba así, la conducción para plasmar el proyecto de los años 70, le provocaba otra estrepitosa derrota a la burocracia sindical y en especial, a la conducción nacional.

Allí renació aquél viejo odio del “Loro” hacia su adversario, que se profundizó cuando dirigentes de tendencia combativa conformaron el espacio Encuentro Nacional de Trabajadores (ENTRA) que tenía como referentes al dirigente metalúrgico villense, a Gutiérrez de la UOM Quilmes; a Guillán de FOETRA y Cortez de vendedores de diarios.

Y se agravaría ostensiblemente cuando las seccionales Villa Constitución, San Nicolás, Campana y La Matanza se alinearon, a sabiendas que la UOM nacional iba irremediablemente a la quiebra junto a la obra social y plantearon un modelo de conducción y distribución de fondos completamente distinto.

Desde bastante tiempo antes, cuando se abre la posibilidad de elecciones, “el zorro” venía capacitando a la juventud sindical de su partido; adoctrinando y sobre todo, bajando línea sobre los peligros del avance de los comunistas que venían por el poder.

Y al igual que en 1975 donde la excusa fue el supuesto complot subversivo del cordón industrial, ahora volvía a la caza de brujas, al macartismo más crudo; metiendo en la cabeza de unos cuántos jóvenes que tanto el líder histórico villense, como el “flaco” de San Nicolás, el “ruso” de Matanza, “el Pata” de Campana, o el “barba” de Quilmes, eran del PC; que trabajaban para dominar gremialmente la industria pesada para que el comunismo desembarca en Argentina y tomara su nicho de poder.

De los “adoctrinados”, seleccionó a uno en especial, que era un excelente tirador; mantuvo con él reuniones a puertas cerradas, convenciéndolo que debía hacer “algo” y que la Patria y el Movimiento se lo iban a agradecer eternamente.

“Tenés que matar a ese zurdo hijo de puta de Villa Constitución”- ordenó “el loro”.

-“Ahora escucháme bien pibe; el 14 de mayo, se va a reunir el “zurdaje” en Villa Constitución; van a estar “El pata”, “El Ruso”, “El Flaco” y quizá viaje también “El Barba”. Habrá un acto y conferencia de prensa sobre los porqué de la “alianza” de estas seccionales. Según me contaron, tienen previsto realizar una asamblea, donde desde un palco, va a hablar “el cabezón”; por lo que viajarás un día antes, analizarás el lugar y buscarás el sitio adecuado y alejado para hacer el disparo; es importante que no te hagas ver, ni te recuerden. Usá gorro, anteojos para sol, para que no te identifiquen”.

-“Pero el tiro va a tener una particularidad; tenés que estar seguro y acabarlo con un solo disparo”

-“¿Por qué un solo disparo” –quiso saber el tirador a lo que “el zorro” respondió; -“Porque solo conseguimos una munición 7,62 del fusil FM FAL Sniper que vas a utilizar; tanto el rifle como la munición, tienen las huellas de alguien, a quien se lo robamos; no te conviene saber quién es y será al que le endilguen el muerto; así desviamos la atención de la policía y jueces que seguramente van a venir primero por acá, porque el pasado me condena. Por eso es importante que sigas las instrucciones al pie de la letra; si acertás con el disparo, dejás allí el casquillo y el fusil y desaparecés lo más rápido posible y sin levantar el avispero.

Así fue; el integrante de la juventud sindical reconoció el terreno; el palco donde subiría el líder histórico y busco un sitio a 300 o 400 metros desde donde hacer el disparo letal. Fue difícil encontrarlo porque no había edificios altos y debió conformarse con una vivienda de dos pisos, con una construcción o galpón modo de tercero. Desde allí atentaría contra la vida de aquél gremialista. Debía asegurarse que no hubiera nadie o al menos de no ser visto.

Llegado el momento, no encontró persona alguna y para subir a los techos, utilizó un galpón abandonado, lindero a la casa en cuestión.

Y de esa manera, parapetado sobre aquella azotea, trató de enfocar y ver a través de la mira telescópica su objetivo. Estaba intranquilo y transpiraban sus manos enguantadas; también su frente; el sudor molestaba los ojos; se retiró un poco, trató de secarse con un pañuelo y luego volvió a la posición de francotirador que tenía; ajustó displicentemente la mira; “listo; ya lo tengo para un disparo justo en la frente”- pensó. 

Estaba a unos cuatrocientos metros de su “blanco”, por lo que observó las banderas de los trabajadores reunidos en asamblea, para conocer la fuerza y la dirección del viento. Todo estaba en calma; los gritos eufóricos de los obreros y la arenga del líder histórico sobre improvisada tarima, sumado a la distancia, y los coches que circulaban por la ruta, apagarían definitivamente el sonido del disparo.

Recién allí, introdujo su dedo en la cola del disparador y lo fue oprimiendo suavemente, saboreando de antemano lo que ocurriría en segundos nada más. “Chau zurdito de mierda”- dijo como en un susurro y disparó; justo en ese instante, al líder histórico se le cayeron unos papeles y se agachó para recogerlos; el plomo no lo encontró y pasó de largo, sin que nadie advirtiera lo que acababa de ocurrir. Un hecho por demás fortuito, lo había salvado al popular “cabezón” de una muerte segura.

El tirador quedó petrificado primero, luego comenzó con un rosario de puteadas y maldiciones. Había fallado, pero lo que más le molestaba era que había fracasado ante el encargo de su jefe, por el que sentía admiración y lealtad plena. Luego recompuso la línea; no dejó ni el fusil, ni el casquillo 7,62. Salió tan subrepticiamente como había llegado y entrado; a unas cuadras abordó su auto, guardó en un doble fondo del baúl el fusil y partió raudamente rumbo a Buenos Aires.

En vano esperó “el loro” escuchar la noticia de asesinato de su enemigo; comprendió que su esbirro había fracasado.

El “líder histórico” bajó exultante del improvisado palco, junto al resto de los dirigentes. Irían a compartir un agasajo preparado por el anfitrión, sin siquiera sospechar que ese día, pretendieron asesinarlo.


Aclaración de Mario: El episodio aquí narrado es una ficción; es decir producto de la imaginación del autor. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia.


Otro aniversario de Villa Constitución. Año 2019

Tal como lo explique en la entrada anterior, luego de un tiempo de ausencia decidí reactivar mi blog y continuar rescatando trabajos de mi autoría, fundamentalmente los escritos para Diario EL SUR. Ya mencioné, pero no está mal recordarlo, que es costumbre en ese medio publicar un suplemento especial para el aniversario de Villa Constitución, fundada el 14 de febrero de 1858. La producción no siempre recae en la misma persona, aquí comparto los que me tocó en suerte elaborar. En este caso el correspondiente al año 2019.


2019: 161º Aniversario de la Fundación de Villa Constitución


1858 – VILLA CONSTITUCIÓN - 2019

161 años de aromas y sabores


Villa Constitución cumplió este 14 de Febrero (de 2019) 161 años de vida y en lo casi 25 de existencia que tiene Diario EL SUR acompañamos esta celebración recordando distintos aspectos de la historia villense, desde aquellos que significaron grandes hitos o los que simplemente fueron aspectos de la vida cotidiana, pero que igual dejaron una marca indeleble en la memoria popular. Y en esta oportunidad volvemos sobre este último aspecto para recuperar del pasado sabores y aromas que acompañaron a generaciones. Será entonces, un homenaje gastronómico.

 

1.       Un sabroso pasado


Villa Constitución tuvo en sus inicios un movimiento hotelero y gastronómico de importancia y por ello nos parece relevante ahondar en esa historia. En su libro “Radiografía de Villa Constitución en tres placas”, Santiago Lischetti recuerda que en 1890 “apenas inaugurada la estación de pasajeros, “nacen el Hotel Inglés, sobre calle Dorrego a sólo dos cuadras y media de la estación, y el Hotel Londres cercano a nuestra plaza central” (Irigoyen casi Rivadavia). En ambos se albergaban “numerosos empleados del ferrocarril”.

En tanto en su cuadernillo “Villa Constitución, Anecdótica y Pintoresca” (Libro 1º), el mismo autor señala que también a principios de siglo XIX, “en 9 de Julio y Saavedra (hoy Presbítero Daniel Segundo), don Antonio Capozzio instala  Fonda y Hospedaje”. Más adelante agrega que “de igual manera, frente a la estación de pasajeros estaba la ‘Fonda y Posada’ del Sr. López” y “sobre calle Bolívar (…) funcionaba la ‘Fonda y Alojamiento’ del Sr. Fernando Suárez”.

También en el mismo cuadernillo pero en otro capítulo Lischetti reproduce la invitación a una despedida de soltero realizada en nuestra ciudad que vale la pena citar por lo ejemplificadora de los usos y costumbres de entonces y de las propuestas gastronómicas que se degustaban en estas celebraciones, muy distintas –e inimaginables- a las actuales:

“Hotel Aragonés” – Banquete despedida de la vida de soltero de Juan Rimoldi. Menú: A realizarse el día 19 de mayo de 1922 a las 20.30 horas. FIAMBRES: Mayonesa de pollo y de langostinos. SOPAS: Cabello de ángel. Ravioles. ENTRADA: Filet de pejerrey, gallina rellena, Ensaladas. POSTRES: Mil hojas. Frutas surtidas. VINOS: Chianti, Rioja, Trapiche, Champagne, Sidra. Cigarro Partagás”.

 

2.       Comidas caseras


Lischetti, en otra de sus publicaciones (“Villa Constitución, Anecdótica y Pintoresca” (Libro 2º), aborda en varios tramos los “recursos domésticos de antaño”. En uno de sus párrafos destaca, con referencia a las heladeras:

“Recuerdo en nuestro pueblo, allá por los años en que este extraordinario artefacto no se conocía ni por referencia -las primeras heladeras eléctricas nos llegaron en 1939- las panaderías, ("La Lola", entre ellas) guardaban desde fines de octubre cantidad de docenas de huevos en capas dentro de una "barrica" de madera, o bien de una ‘bordalesa’, mediante el empleo de la cal viva entre camada y camada del producto, producto que era utilizado oportunamente para la elaboración del pan dulce ‘milanés’ y ‘genovés’ de fin de año, pues esta golosina, como otras afines, eran elaboradas a ‘puro huevo’. No resisto a la tentación, ya que de cocina y de alimentos hablamos, de recordar, apartándome algo del tema en desarrollo, que la gente de nuestra barranca, la de "los bajos del Paraná", hacía con ortiga el relleno de ravioles y también con los brotes o cogoyos de quinua, sabiduría popular que ahorraba pesos utilizando lo que le daba gratis la naturaleza y reforzando de paso la salud, pues el diccionario nos dice que la quinua "es una planta cuya semilla es alimenticia y sus hojas SE COMEN COMO ESPINACAS".

En el mismo cuadernillo, en otro tramo, siempre apasionado por la cocina, Lischetti se entusiasma con los productos de los hornos de barro.

“Y evoco también, como página del pasado, los hermosos hornos caseros levantados en los patios y construidos al estilo del nido del pájaro hornerito, sustentado sobre una plataforma con cuatro patas hechas de ladrillos en pilares o bien cuatro palos o troncos, con una tapa en su boca y un respiradero en su parte posterior, horno que se calentaba a fuerza de ramas secas hasta que, echando dentro un papel, éste se encendía instantáneamente. Se sacaba entonces la ceniza, se limpiaba el piso de ladrillos con un trapo bien mojado y, ¡adentro entonces el pan para su cochura, o las empanadas, o las tortas dulces para '‘acompañar el mate" amasadas sobre las rodillas, con huevo batido o azúcar rubia o negra por encima!. Y el cocimiento a veces de un postre singular: un gran zapallo de los llamados “anday” cortado a lo largo por la mitad y vaciado de semillas y fibras, huecos que luego se llenaban de vino generoso con algunos clavos de olor y azúcar, espolvoreando todo abundantemente con canela, delicia que se servía tal cual se sacaba del horno”.

 

3.       Inolvidables


Más cercanos en el tiempo vale la pena recordar como lugares para la cita gastronómica (ya sea por la calidad de sus menús como por el cálido ambiente) a sitios que marcaron la historia de toda una generación en el siglo pasado.

Entre ellos el Grand Prix (primero en la esquina de 14 de Febrero y Milich (hoy Autocrédito) y luego en San Martín al 1200 (dónde actualmente se encuentra la Galería España). Más humildes pero no menos famosos eran el Círculo Italiano, cita obligada al salir del cine Coliseo; El Colonial (más tarde La Vieja Casona) o Rol Mari (también conocido como “El Rancho”), estos dos últimos para los amantes de las pizzas.

 

El bar que nunca duerme

Abrevando siempre en los recuerdos de Lischetti, vale la pena citar un párrafo de su obra “Radiografía de Villa Constitución en tres placas”, donde reseña la historia de un bar esquinero mítico en la ciudad, con distintos nombres pero ubicado siempre en San Martín y Lisandro de la Torre.

“Este es el año (1929/30) en que los hermanos José y Gerónimo Cotens trasladan a Villa el negocio de bar que habían abierto en Rosario bajo el nombre de "EL FAVORITO"; el íntimo amigo de ambos, Guillermo Cerdán, hace el traslado en su flamante camión y aquí inician, los sobrinos de dos pioneros del comercio villense como lo fueron los hermanos Mariano y Joaquín Cotens, su actividad comercial con igual tónica y nombre que en el ámbito rosarino. Su desempeño, es para la nostalgia y la comparación a través de los tiempos: su fuerte, el ‘vermut’ que como bien sabemos es un licor aperitivo compuesto con vino blanco con algo de ajenjo y sustancias vegeta les amargas y tónicas, cuyo nombre proviene del alemán: ‘wermut’ (ajenjo)— bebida muy en boga por décadas en los bares locales pero que, en este caso y año, se servía acompañado de 7 platitos: berberechos, aceitunas ver des y negras, maníes, papa frita, lupines y masitas saladas, todo por 40 centavos, formándose colas de ‘parroquianos’ para toda esta degustación que de mandaba varios cajones diarios del producto que venía, precisamente, en envases cuadrados de madera, en botellas cubiertas, en una época con capuchones de paja para evitar la rotura y, luego, simplemente con papel de seda cuando el transporte mejoró. El café, 10 centavos el pocillo; en verano, el "chop" refrigerado con el hielo que proporcionaba la fábrica de don Agustín Carlevaro producto que llegaba en barriles "ad-hoc", luego la heladera también a hielo, luego en el mostrador, manivela por medio y espátula de madera para barrer el copo de espuma en los panzones y prometedores vasos de vidrio con manija. Luego vinieron muchos otros negocios del mismo género e, incluso hubo pizzería anexa a lo de bar y, el nombre también cambió: fue "Bar San Martín" y, luego "Internacional" hasta su cierre definitivo ocurrido por no renovación de contrato de parte del propietario del inmueble. En este vieja esquina, esquina de bar durante 60 años, anidó la familiaridad y, como en los Valderrama del norte, incluso la hospitalidad al ser refugio de obreros y empleados que en las gélidas horas del invierne esperaban allí el transporte para su destino.

Obviamente todos tendrán nombres para recordar (Hotel Italia, Confitería de Sala y Vidal, y muchos más), dependerá, por supuesto de la edad, las experiencia y los gustos de cada uno. Bien se ha dicho que sobre estos últimos “no hay nada escrito”.

 

4.       Dulce recuerdo


Sin dudas hay un nombre que ingresó definitivamente en la historia de Villa Constitución cuando bajó cerró su puerta por última vez el 31 de diciembre de 2016. Se trata de la Confitería Yuly.

Sus inicios fueron relatados a Diario EL SUR en septiembre del 2000, en la sección El Personaje, por el fundador de este comercio, Nazareno Porfiri. A continuación se reproduce parte de ese reportaje que se iniciaba dejando en claro que antes de su llegada a Villa, las masas finas y confituras eran un manjar casi inaccesible al común de la gente ya que no existía un comercio especializado en su venta.

Los padres de Nazareno Porfiri eran inmigrantes italianos que se radicaron en Acebal, donde nació el 17 de enero de 1919, uno más de la decena de hijos del matrimonio. Con el tiempo abrazó el oficio de panadero y se radicó en Al corta. Hasta que en octubre de 1949 aceptó el desafío de un amigo y llegó a Villa Constitución para poner una confitería.

"El 17 de octubre de 1949 llegué a Villa en tren, con una camita, un colchón y un calentador, al tún tún. Vine solo y soltero. Vine porque las confituras eran muy aceptadas y todos decían que hacía falta una confitería. Yo tenía un amigo, un tal Bigiano que tenía relojería, que me dijo: -No hay nadie que haga masas, por qué no te venís. Y yo decidí vender la panadería que tenía en Alcorta y vine».

Pese a ello era difícil conseguir un lugar para la futura confitería, -me encontré con el papá de (Pedro) Sala y me dijo: -Es más fácil comprar un billete y sacar la grande que conseguir un local». Pero empecinado, le echó el ojo a uno ubicado en San Martín casi Salta «donde había un negocio de compostura del calzado; y lo seguí, y lo seguí e insistí tanto que lo conseguí. El tipo, con el dinero que le di se compró una casa».

 

Los primeros

En sus comienzos «traía masas de San Nicolás, en aquel entonces en Villa existía sólo el barrio Talleres». Existía «un competidor que traía masas de Rosario, estaba en la galería Santa Lucía, que eran bastante fuleritas, pero las de San Nicolás eran muy buenas. Entonces Cilsa tenía como 500 empleadas, cuando cobraban la quincena barrían con lo que había y nos faltaba siempre mercadería».

A su llegada a Villa «tenía 10 años en el oficio de panadero, pero no el sector confituras. Después hice un hornito, en el que cabían cuatro latas, y hacía facturas a la hora de la siesta o de noche. A los seis meses vino otro hermano e hicimos otros hornos y empezamos a organizamos distinto, trajimos un confitero de Rosario, y empezamos a hacer tortas para novias. Imagínese que éramos los únicos que por entonces trabajábamos en ese rubro».

Así, en 1951, nació la confitería «Yuly», «quería un nombre corto porque si era largo era mucho más trabajo, para el letrero, para todo. Busqué un nombre corto, y se me dio por decir 'Yuly' y seguí con él ».

 

Una Villa floreciente

Desde 1951 permaneció al frente del negocio por veinte años. «Estuve desde el 51 hasta el 71, era el encargado, de las 4 a las 8 iba a la cuadra a trabajar, después de las 8 a atender el negocio, así que llevaba como quince horas de trabajo por día. Cuando caían los feriados había mucho más trabajo que los días de semana; cuando llegaba fin de mes, que la gente cobraba no dábamos abasto. En esa época Acindar se estaba montando, imagínese: trabajaba el elevador, Cilsa, había una fábrica de durmientes, habla varios negocios más, y ahora la Junta de Granos no trabaja más, Cilsa no trabaja más, así que se ha vuelto para atrás... Pero hubo una época muy buena».

En esos días florecientes «la juventud de los pueblos vecinos se venía toda para Villa» y entonces -la confitería Yuly estaba por las nubes, teníamos mucho trabajo. Los días domingos teníamos que estar en el mostrador de tres a cuatro personas y se hacían como cien latas de facturas, a la tardecita llegábamos a hacer hasta cien, ciento veinte pizzas, cuando nadie hacía pizzas».

 

Época gloriosa

La confitería crecía pero la demanda se multiplicaba «con decirle que con las tortas, cuando había fiesta, por ejemplo la primera comunión, hemos puesto tortas hasta arriba de la cama porque no había donde ponerlas. Recuerdo que mi hijo tenía cinco o seis años y nos descuidamos, y fue a manosearlas y deshizo varias tortas, el decorado».

Era "todo muy distinto, Villa hizo como una explosión y se vino abajo; cuando paró el elevador, Cilsa, todo eso, quedaron muchos desocupados», dice con tristeza. Trae el recuerdo entonces «de cuando los camiones con cereal invadían el pueblo y la gente se quejaba porque le tapaban el garage o le ensuciaban. Qué cosa...".

 

 


5.       El Buscavida

Si de aromas y sabores hablamos no podemos dejar de mencionar al “Buscavida” que durante años aromó la Plaza de la Constitución con sus insuperables garrapiñadas, hasta que el 6 octubre del 2016 entró para siempre en el recuerdo. Se llamaba Nicolás Gabino Leguizamón y en marzo de 1999 también fue El Personaje de la semana de Diario EL SUR.

Nacido el 18 de agosto de 1947 en un pequeño pueblito santiagueño llamado Pintos, Leguizamón llegó muy joven a nuestra provincia. “Yo tenía más o menos, 16 años”, comentó. Vino del “campo, donde lo único que se veía eran animales, pero no había ningún porvenir, nada, por eso vine para Santa Fe”.

 

Con aroma a garrapiñada

Su presencia en la plaza tenía su historia: “Me dedicaba a la venta de flores en la calle, los martes, miércoles y viernes me iba al mercado de flores (en Rosario) Y tenía un amigo que trabajaba en el banco en Rosario y tenía un puesto en Caferatta y Urquiza. Trabajaba en el banco y a la tarde tenía un puestito (de venta de maní garrapiñado). Nos hicimos amigos y era un lugar donde me gustaba ir a comer garrapiñada”.

“Un día me dice: -¿No te interesaría, allá en Villa Constitución, tener un puestito como éste?. -Nooo... le digo yo, es muy difícil”. Pese a su negativa el amigo se comprometió a enseñarle su arte “y empecé, cada vez que iba a Rosario me iba a ese lugar, y me dedicaba a hacer la garrapiñada”. Así pasó un mes cocinando garrapiñada, “tres veces por semana, un ratito, hasta que abría el mercado, después me iba a comprar flores”.

 

En la plaza

Al tiempo recibió la aprobación del maestro: “Ya estás preparado para hacer manzanas, pororó y todo eso”. Así que “me presenté un día (en la plaza) con un tarrito, un calentadorcito y una mesita. Y había un garrapiñero allá (en la esquina de San Martín y Hipólito Irigoyen) y me dije: -i Qué me van a comprar a mí, si aquel tiene un carro hermoso!”.

Pese a ello no se desanimó y empezó a preparar la garrapiñada y el aroma empezó a atraer a la gente que esperaba la primer tanda: -¿Y cuándo sale?, preguntaban. -Ya sale, ya sale. Y apurado para poder sacar la primera ollada la pasé, se me arrebató y tuve que tirarla. Y la gen- te me decía: -Paciencia, ya va a salir, ya va a salir”.

 

Un abogado providencial

Un día, el “busca”, como le decían los amigos recibió el consejo del abogado Miguel Vergara para que se construyera “un carrito, lindo, que va a trabajar más cómodo”. En un primer momento rechazó la sugerencia aduciendo que “la gente a lo mejor me compra de lástima, por la mesita”. Sin embargo Vergara insistió y terminó aceptando la idea.

Así, a instancia del desinteresado gesto del abogado, que día a día lo veía preparar sus garrapiñadas, nació el clásico carrito del buscavida. Un carrito que se convirtió en un símbolo del trabajo y del respeto. “Yo respeto a todo el mundo, y todo el mundo me respeta y me aprecia», asegura.

Gracias a su forma de ser jamás tuvo problema alguno, «nadie me toca nada. A veces la gente me dice: -Señor, me falta una moneda, o veo que el chico llora y no pueden comprar. -Acá lo tiene (y hace el gesto de estar entregando algo). Y me dicen: -Después se lo pago. -Nooo... -les digo-, ya está pagado, hay alguien arriba que mira (y señala al cielo). Ya está pagado, hay uno arriba que lo mira, así que vaya tranquilo».

 

6.       La Vieja Casona


Para concluir este rápido –y necesariamente incompleto- recorrido por los sabores y aromas de Villa Constitución apelaremos al profesor Luis Capriotti, el ex Secretario de Cultura, fallecido en 2011, dejo numerosos escritos situados generalmente en la pizzería La Vieja Casona, que el cita como el “Bar del Colorado”, en referencia a su propietario, José Luis “El Colorado” Ricci.

 

Cosméticos en la pizzería

“Gracias al pucho estoy perdiendo el olfato” -dijo Jeremías, melancólico bebedor de cerveza.

-Si -corroboró Cometti fumando con esmero un “Camel"- ya no huelo tan bien la tierra mojada o el pan fresco. Ni el olor a diario nuevo.

-Perfumes -pensé tomando un vermouth lleno de atardecer-, cosméticos del recuerdo, sofocante olor a luna de las magnolias, olor que entristece en las farmacias.

Una mujer que conocí hace poco usa Chanel Nº 5.

Mi primer contacto con los perfumes sintéticos fue el “Cuero de Rusia" de mi madre, no ese horroroso matamoscas que vendían los turcos en sus canastas sino la esencia original creada por Vionnet, una mezcla de flores bulbosas, atrayentes, peligrosas...

Luego pasó lo que pasa en cualquier familia, largas enfermedades, malas cosechas, especie de siete plagas domésticas cayendo tan de golpe que mi madre no usaba más buenos perfumes, pero sobre el mármol de la cómoda de tres espejos, la cajita de polvo Coty decorada con innumerables cisnes tenía un olor profundo a misterio y flores muertas (con los años sabría que los cisnes los diseñó Paul Iribe, marido imposible de Coco Chanel). Ah! rueda de los años, que siempre cierra!

Mis hermanas mayores también usaban cosméticos pero la austeridad reinante las hacía oler a limpias, sin voluptuosidades sospechosas vía heliótropo, violetas o cosas que usan “esas mujeres pintarrajeadas”...

A los dieciséis años mi profesor Goicochea me retó medio en broma:

-¿Y Capriotti? ¿Para cuándo la primer afeitada?

Varios días después me cargó rotundamente viendo las innumerables heridas de mi cara.

-¿Se afeitó Capriotti?

Me había afeitado ingresando, Legión Extranjera mediante, al mundo de los varones adultos. Habré usado crema Gillette, verde y machasa -no lo recuerdo.

Pero si recuerdo el primer beso, un sospechoso gusto a durazno me hizo odiar el rouge de por vida, pero me molestan muy poco las damas que piensan lo contrario.

A una edad prudencial me regalaron Lavanda Fulton, que a pesar de ser trucha me enganchó para siempre a esa esencia de campo y cuero (años tardaría en descubrir que solo la inglesa puede ser usada, si faltara baño y gracias).

Hubo en mi vida un mascarón de proa que usaba Nina Rica en cantidades industriales, impregnando sábanas, picaportes, almohadas. Jamás podré oír la marcha del Mundial ‘78 sin que aparezca “Air Temps” hasta la náusea.

-Lo triste que si dejás el pucho no recuperás el olfato -remató el colorado Ricci-, colocando unos olorosos escabeches sobre la mesa.

-Gordo mandá el humo para otro lado que estamos comiendo!

El pucho no podrá sobre mi recuerdo, por lo menos sobre los cisnes de la polvera Coty, el áspero olor de las caléndulas, el olor a años '60 de Martha al ponerse las pestañas postizas, la goma de borrar del primer día de clase, el olor a ramos generales del almacén de Gambini, el perfume a Chanel Nº 5 de la que estoy amando.

Terminé el vermouth, afuera era de noche y la pizzería del "Colo" olía sencillamente a pizza.

 

 

2018: 160º Aniversario de la Fundación de Villa Constitución

 Aquí estoy. Después de 4 años retomo la escritura en el Blog. No obstante, mi ejercicio de la profesión de periodista lleva a que esté escribiendo permanentemente para los medios en los que trabajo, por lo que en general no tengo tiempo para escribir por fuera de mis labores habituales. Aprovecho, entonces, mis vacaciones para volver a este sitio que tengo muy descuidado.

Como fue el tenor de las últimas entradas, volveré sobre recopilaciones de mis trabajos y aportes a los medios de comunicación para los que trabajo o colaboro.

Como ya expliqué en otras entradas, gran parte de mi trabajo se desarrolla en el Grupo Del Sur de Villa Constitución que componen Diario EL SUR, la productora de TV, Visión Sur; FM 93.7 "Tendencia Urbana" y el portal elsurdiario.com.ar. En todos ellos llevó a cabo diversas tareas, entre ellas redacción, conducción de programas radiales y televisivos, contenidos para la web.

Una constante en Diario EL SUR es la publicación de un suplemento especial para el aniversario de Villa Constitución, fundada el 14 de febrero de 1858. La producción no siempre recae en la misma persona, aquí voy a compartir, en esta entrada y en las posteriores, los que me realicé en los años 2018, 2019 y 2021.


2018: 160º Aniversario de la Fundación de Villa Constitución



DE PAMPA, RÍO Y GRIS ACERO

160 años a nuestra espalda, el futuro al frente

El 14 de Febrero (de 2018) Villa Constitución celebró el 160º de su fundación. Durante este poco más de siglo y medio de vida los villenses supimos afrontar todas las vicisitudes que nos deparó la tortuosa historia de la Argentina. Sufrimos sus dolores, frustraciones, golpes y caídas, pero así también nos levantamos, creímos, luchamos, soñamos, reconstruimos y nos esforzamos por hacer que las esperanzas fueran algo más que anhelos inconclusos. Y así crecimos.

Hoy al festejar los 160 años de existencia de nuestra ciudad queremos rescatar ese espíritu que llevó a nuestra gente a superar los innumerables inconvenientes que se le presentaron por imperio de las circunstancias nacionales e internacionales. Creemos que no estamos cerrando una etapa, sino que, más bien, estamos abriendo un camino al futuro basado en el trabajo de todos los villenses que con su lucha diaria cimientan el presente.

Conscientes que esta es una ciudad que crece a la par de la radicación de personas que llegan desde diferentes provincias para sumarse a la actividad económica que generan las empresas y comercios de la ciudad, es que queremos hacer un somero repaso de nuestra historia, para brindarles la información básica sobre el lugar en el que eligieron vivir.

 

Una ciudad, tres provincias

“En Villa Constitución tres provincias se juntaron/ pa’ verlo al río Pavón gatear por suelo entrerriano…”

Estos versos pertenecen al tema musical “Los hijos del padre río”, del cantautor local Arnoldo Valentini, “El Canoero”. Y es cierto, Villa Constitución presenta varias particularidades geográficas y una de ellas es la que menciona este asiduo habitante de la zona de islas.

Por otra parte, sabemos que la superficie de la provincia de Santa Fe se asemeja a una bota y Villa Constitución conforma el taco de esta figura, o como se la llamara tras la inauguración de la etapa metalúrgica iniciada aquí en 1947: “el talón de acero”.

Además, por un lado la acaricia el Paraná y del otro le tiende su pródiga mano una de las regiones más fecundas de la pampa húmeda. Por eso tiene la inusual cualidad de unir litoral y pampa en una sola región.

Y a ello hay que sumarle que es cabecera del departamento Constitución cuyos límites están conformados por dos de los cursos de aguas más importantes del antiguo Pago de los Arroyos, el Pavón y el Del Medio, este último, a su vez, frontera de las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.

De esta manera tenemos las tres provincias que se juntaron en Villa Constitución: Santa Fe de la que forma parte en su extremo sur este, Buenos Aires con la que limita separada por el arroyo del Medio y Entre Ríos cuya zona de islas se extiende frente a la costa villense.

 

Valor estratégico

Si bien Villa Constitución fue fundada el 14 de febrero de 1858, desde muchos años antes se conocía a este lugar como Puerto de las Piedras por tratarse de una rada natural custodiada por un inmenso peñón compuesto por tres moles de piedra de 8 metros de altura.

La suma de este conjunto de particularidades motivó el nacimiento de nuestra localidad. Su estratégica ubicación de valor geo político y militar llevó, tanto al gobierno de la Confederación de Provincias comandada por el General Justo José de Urquiza como a emprendedores privados, a evaluar las ventajas de establecer en la zona un asentamiento poblacional.

Por el lado político militar la necesidad de la Confederación era la de contar con un puesto de avanzada y de información en la frontera misma con la enemiga Buenos Aires, en tiempos que la unidad nacional no estaba consolidada. Asimismo, era vital poner coto a los desmanes causados en un terreno inhóspito por indios y bandoleros.

En tanto el proyecto de empresarios particulares era el de sumarse al modelo ferro agro exportador imperante en el país impulsando el tendido de una red ferroviaria y la creación de un puerto de ultramar para exportar la producción agrícola aprovechando las enormes ventajas que otorgaba la naturaleza del lugar.

 

Nuestro nombre

Villa Constitución fue fundada el 14 de Febrero de 1858. Su nombre fue un homenaje de los fundadores a la Asamblea Constituyente que se reunió en Santa Fe en 1853. Como padrino y protector del poblado ofició el gobernador santafesino, Juan Pablo López, en su honor fue decretado patrono del pueblo San Pablo Apóstol. Por ello la ciudad tiene dos festividades locales con carácter de feriado: Día de la Fundación y Día del Santo Patrono (29 de junio). También se conmemora del Día de la Declaratoria de Ciudad, acontecida el 23 de septiembre de 1950 pero sin que se considere asueto.

En la esquina oeste de la Plaza de la Constitución, (la principal de la ciudad) Av. San Martín y Lisandro de la Torre, se encuentra un monolito con la placa fundacional, donde figuran los nombres de los empresarios que dieron origen al pueblo: Nicasio Oroño, Dr. Marcelino Freyre, José María Echagüe y Cayetano Carbonell.


 



Hacia la fundación

En su página web el gobierno de Santa fe explica lo siguiente al referirse a la fundación de Villa Constitución: “Hacia 1855 Argentina no era un estado unificado; las diferencias entre la Confederación y Buenos Aires eran notorias. Esta controlaba la principal riqueza estatal que una provincia podía disponer: la aduana. Por otro lado, desde Paraná, la capital de la Confederación Argentina, se proponía la modernización de la economía y la unidad del país. Entre otros proyectos se pensaba en extender el trazado ferroviario. Cuando se habló en Rosario de que habría de tenderse el camino de acero a Córdoba, un grupo de hombres de empresa de esa ciudad, enterados del convenio firmado entre las autoridades argentinas y un ciudadano inglés, pensaron en la importancia económica y estratégica que tendría la fundación de un pueblo a la vera del Paraná, próximo a la red ferroviaria. El gobierno de Santa Fe autorizó la formación de este pueblo en el límite entre la Confederación y Buenos Aires, en una lonja de 20 cuadras de frente al río Paraná y otras tantas de fondo, limitados al norte por el arroyo Pavón y al sur por el arroyo del Medio”.

 


 La puerta del río

Los avatares de la política argentina motivaron la creación de la villa pero también demoraron hasta la exasperación y el desánimo su crecimiento, llevando a que varios de los primeros empresarios abandonaran el proyecto. Recién tres décadas después de la fundación llegó el riel (1888) y comenzó su primera etapa de verdadero desarrollo con el tendido de las vías férreas y la construcción del ya desaparecido puerto de importación.

Y con el progreso, el fin del peñón que diera su nombre al puerto de las piedras. Sus tres moles fueron dinamitadas en 1887 para allanar la realización de la cabecera del ferrocarril, que se extendería desde nuestro poblado hasta la localidad de San Urbano (Córdoba), como así también de la obra  del puerto de ultramar destinado a la descarga de material ferroviario y la exportación de granos.

Una vez concretado el camino de acero comenzó un rápido desarrollo ferro portuario que fue efímero. En 1914 el inició de la Primera Guerra Mundial significó la total paralización de la actividad del puerto. Cabe destacar que como el ferrocarril era de empresas británicas el principal comercio marítimo era con naves de la misma bandera que dejaron de llegar a causa de la conflagración. De todas maneras, superado el conflicto internacional, la actividad portuaria renació con gran vigor y la aldea retomó el camino del desarrollo.

 

Una postal de antaño

“A orillas del río Paraná, sirviéndole como marco vecino un pintoresco caserío y sobre barrancas de altura considerable, el  Puerto de Villa Constitución aparece ante nosotros en un día de actividad intensa y de trabajo febril. Este puerto, no obstante su proximidad a los de Rosario y San Nicolás y a los otros  muchos que se hallan instalados sobre el Paraná, tiene excepcional importancia, pues además de las operaciones de embarque de cereales que en el se efectúan con rumbo a ultramar, es el destinado a la recepción de casi todos los materiales, inclusive el carbón, que recibe nuestra empresa para atender sus vastas necesidades”.

El precedente es un fragmento perteneciente al Nº 249 de la Revista Mensual del Ferrocarril Central Argentino (Septiembre de 1931), el cual revela claramente la importancia del puerto villense en las primeras décadas del siglo pasado. Finalmente en 1978 “los viejos muelles e instalaciones generales de los puertos de importación y exportación son totalmente desmantelados pasando hacia el recuerdo, después de 90 años de vigencia”, expone el historiador Santiago Lischetti en su obra “Radiografía de Villa Constitución en 3 placas” del años 1989.

 

El puerto, hoy

En tanto, en la actualidad el puerto villense se encuentra en plena actividad y desarrollo, mientras el Ente Administrador Puerto Villa Constitución (EAPVC) trabaja bajo la consigna que el puerto sea “una ventana al mundo” a través de la cual proyectar a la ciudad y la región. Este organismo, en su página web detalla entre las principales características de la infraestructura portuaria lo siguiente: “Entre los Km 360 y 365 del río Paraná, sobre la margen izquierda existe la zona denominada ‘Rada y Zona de Maniobra’, con una capacidad de fondeo para 5 buques de ultramar, sin límites de eslora, no presentando problemas de profundidad y permitiendo la posibilidad de una ampliación de la misma, de acuerdo a las condiciones topográficas del lugar”.

 “El canal de navegación –continua-  desde su comienzo en el Río de la Plata, hasta el Puerto de Villa Constitución, no presenta dificultades de navegabilidad, ni zonas estrechas o accidentadas, lo que facilita una fluida y más rápida navegación de buques de gran porte. El puerto de Villa Constitución dispone de dos zonas bien diferenciadas: la zona norte, también llamada de ultramar y la zona sur o de cabotaje”.



El Elevador



“Para 1936 desaparece totalmente el tramo de calle Colón desde 25 de Mayo a 14 de Febrero y, con él, el llamado por años "barrio chino", a raíz de que, por la ley nacional de erección de elevadores, el 3 de mayo de 1937 se autoriza, por decreto, la construcción de nuestro actual elevador de granos que se inicia en este año, librándose al servicio público en octubre de 1944; en esta misma fecha se habilita la Delegación de la Junta Nacional de Granos con el Ingeniero Enrique Marotta como Jefe. Para 1947 se autoriza la construcción del muelle-espigón y la estructura metálica de la galería de embarque que se habilita en octubre de 1952. Han terminado los anteriores sistemas; ha muerto todo lo primitivo; desaparecen, en un golpe de cemento, acero y tecnicismo, 6 décadas del pasado portuario, 6 décadas de continuas evoluciones para mejorar el sistema. Vagones ferroviarios y camiones llegan a los tinglados de una superficie de 1.707,82 m2 descargando en las bocas "ad- hoc" en maniobra rápida, segura, directa y humanizada. Ya, ni estibas ni galpones. Ahora 80 silos y 57 entresilos almacenarán 55.000 toneladas de granos, a la vez que grandes celdas o silos subterráneos harán igual cometido en número de 112 inaugurados en 1957, para 165.000 toneladas”. Fragmento del libro Radiografía de Villa Constitución en 3 placas de Santiago Lischetti.

 


 

Isla del Sol, un legado ferroviario

 La actividad ferro portuaria dejó huellas imperecederas en nuestra ciudad: el primer barrio, llamado popularmente “Talleres” por hallarse allí los talleres de reparación, la estación Terminal (actual sede de la Secretaría de Desarrollo Humano de la Municipalidad) y una obra de ingeniería admirable: el denominado “camino de las piedras”, en su inicio un tajamar para evitar que la sedimentación del arroyo Pavón obstaculizara el canal de acceso al puerto.

Se trataba de un largo y angosto espigón de piedras construido en 1931, el que se extendía varios cientos de metros desde la costa hasta la zona de islas y que también sirvió como desvío de vagones.

Al respecto en su obra “Villa Constitución Anecdótica y Pintoresca”, libro II, el historiador local Santiago Lischetti, cataloga esta obra como “un dique de defensa”,  en su capítulo titulado, “Del tiempo de nuestro gran puerto importador”.

Allí destaca que la  obra “tiene una extensión de 1800 metros y en su construcción se emplearon 80 mil toneladas de piedra de las canteras de Alta Gracia (Córdoba) cantidad que calculada en 33 toneladas por vagón, representa cerca de 2400 vagones y, a mil toneladas por tren, 80 trenes”.

Con el paso del tiempo el municipio lo  utilizó para depositar en el extremo que finalizaba en la isla los residuos domiciliarios, a la par que la acumulación de los sedimentos detenidos por las piedras generaban un amplio terreno fértil sobre su margen izquierdo.

Hoy ya no es un basural ni existen en él vagones ni vías férreas, sino que se transformó en una Reserva Natural bautizada como “Isla del Sol”, ya que desde ella puede apreciarse en toda su magnitud el gran espectáculo que presenta el astro rey, tanto al amanecer como al ponerse.

 




Isla del Sol

Luego de ser por años un basural, ecologistas y ciudadanos comunes se unieron para limpiar y recuperar la isla antes llamada Caferatta, para luego bautizarla como Isla del Sol. Hoy es una Reserva Natural de 200 ha que integra el Sistema Federal de Areas Protegidas. La Isla contiene especies de Fauna y Flora autóctona y lagunas de mediana extensión cuyas orillas están ocupadas por sauces y alisos.

En general la flora está compuesta por especies como: ceibo, aliso de río, curupí, chilca, sauce colorado, espinillo y canutillo. También se hallan otras no autóctonas como el paraíso y ricino.

En tanto en la fauna se destacan mamíferos y aves. Entre los primeros tenemos: carpincho o capibara, lobito de río, coipo o falsa nutria, cuis común, grande o pampeano, comadreja colorada. En tanto que entre los plumíferos se destacan: garza blanca, garcita azulada, pato silbón común o sirirí colorado, gavilán blanco o milano blanco, carancho, tero real migratorio y gregario, pico de plata.



El tiempo de las industrias

Luego del desarrollo ligado al puerto y al ferrocarril, a finales de la década del 40 comenzó el auge industrial del todavía pueblo de Villa Constitución (sería declarada Ciudad el 23 de septiembre de 1950). Volviendo sobre la obra de Santiago Lischetti “Radiografía de Villa Constitución en tres placas”, en su página, 79 bajó el título “1947-SE INICIA LA ERA INDUSTRIAL DE VILLA CONSTITUCION”, realiza un sintético relato de ese momento histórico.

“Un grupo de caballeros italianos que había sufrido en su tierra consecuencias funestas para sus intereses a raíz de la Segunda Guerra Mundial, dispone establecerse en el país con una industria textil lanera que elabore su ciclo completo que, en ese momento, constituye la primera y única en ese tipo de elaboración en todo nuestro territorio. Formada la Empresa en Italia, se convino primero en levantar la fábrica fuera del conglomerado del Gran Buenos Aires pensándose que Rosario o San Lorenzo podían ser sitios apropiados a ese fin, pero, pasando por Villa Constitución, detienen sobre la banquina el coche que los transportaba, descienden y comienzan a caminar en el lugar hoy a siento de la tejeduría hasta llegar a la barranca”. De esta manera en 1989 Lischetti relataba el nacimiento de la hoy desaparecida CILSA.

Asimismo señalaba el historiador “la detenida observación del lugar les agradó por estar estratégicamente ubicado y enclavado en una población con puerto, estación ferroviaria y ruta pavimentada a tal punto que les hace cambiar de idea y, de nuevo sobre el vehículo, deciden descansar y refrigerarse en un bar del centro yendo a dar con "El Japonés", en una de cuyas mesas resuelven instalarse definitivamente entre nosotros, naciendo así, en OCTUBRE DE 1947, previa autorización de la Sociedad Anónima por Decreto del 31 de marzo de ese mismo año, C.I.L.S.A. COMPAÑIA INDUS TRIAL LANERA S.A.F.I.”. (Foto)

Líder mundial en su rubro, a mediados de los años 90 cesó su actividad y su planta textil, otrora modelo, fue saqueada hasta dejarla en ruinas.  “A la que fuera una de las más importantes fábricas textiles del país, la Compañía Industrial Lanera Sociedad Anónima (Cilsa), ya no le quedan ni los ladrillos de su otrora importante edificio: vándalos y ladrones se los han llevado después de que hicieran lo mismo con la maquinaria, telares, hilos y todos los elementos que pudieron encontrar en la planta industrial abandonada desde hace tres años, cuando la empresa se declaró en concurso de acreedores”, informaba en 2001 el diario La Capital de Rosario.

Por acción de un grupo de vecinos, reunidos en la Comisión Preservadora del Predio de la ex Cilsa, hoy ese lugar es un espacio recreativo municipal que puede disfrutar toda la comunidad.

 

Hombres de acero

El segundo hito industrial en Villa Constitución lo representó la instalación de  Acindar Industria Argentina de Aceros S.A. En la obra oportunamente citada, Lischetti recuerda que “el impulso inicial le fuera dado por la levantada en Rosario en plena conflagración mundial en 1942 por el Ing. Arturo Acevedo, Presidente del Directorio de la Sociedad, que al frente de un grupo de hombres animosos y esforzados encara la producción de artículos laminados de acero, evitando con ello la paralización del ramo de la construcción, al faltar en plaza el hierro para hormigón, elemento indispensable en la edificación”.

“Con la sanción del PLAN SIDERURGICO ARGENTINO en 1947 de acuerdo a la Ley Nacional N° 12.987, se abren inmejorables perspectivas para la siderurgia nacional, y ACINDAR inicia en este año la construcción de sus plantas en Villa Constitución sobre 300 hectáreas aledañas al pueblo, tiende un ramal ferroviario de 7 kms. desde estas tierras a la estación del F.C. Central Argentino, construye edificios que cubren 80.000 m2 y caminos internos pavimentados de 7 m. de ancho conectados con la ruta nacional 9 —hoy 21— y erige el puerto privado más moderno del país, sobre el Paraná. Y, así, gracias a ACINDAR, la fisonomía rural de la zona se transforma radicalmente, adquiriendo las características de las más grandes y prósperas regiones industria les”, refiere Lischetti, fiel testigo presencial de esos cambios.

La aparición de estas y otras industrias provocaron que la pequeña localidad tuviera una verdadera explosión demográfica y su población se multiplicó en pocos años. Esto llevó a un crecimiento anárquico y desordenado del ejido urbano que aún hoy sigue generando inconvenientes. En resumen esta es parte de la historia que le dio a Villa Constitución su fisonomía y su idiosincrasia, mezcla de pampa, río y gris acero.



Explosión demográfica

En un párrafo dedicado a la explosión demográfica de  Villa Constitución en la década del 50 dicen investigadores Florencia Pagni y Fernando Cesaretti,  autores de “El Villazo, una épica colectiva”: “Miles de hijos y nietos de la inmigración cambiaron el arado por el torno o la fresadora, deviniendo de chacareros arrendatarios en obreros industriales. Junto a ellos llegaron los migrantes internos de la Argentina mestiza. La instalación de Acindar provocó una revolución demográfica y un caos en la traza de un pueblo agrario y de servicios, trasmutado a ciudad industrial. Villa Constitución nunca tuvo un Plan Directriz Urbanístico, fue creciendo anárquica y dispersa, sin cloacas, ni agua corriente, sin transporte público. La lógica de su crecimiento fue la de las máximas ganancias para las empresas loteadoras que aprovechaban la afluencia de nuevos trabajadores para venderles el terrenito de cualquier modo”.


 

 

  

 

 

 

 

 

 

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