Salvaje agresión a la
ex edil Angélica Monzón
Un grupo de personas, algunas encapuchadas, agredieron a golpes la ex concejala y su familia para apropiarse de la casa que ésta posee en calle Colón, entre San Luís y Pampa. Llegaron a arrojar colchones encendidos dentro de la vivienda, la que terminó destrozada.
La concejal mandato cumplido Angélica Monzón (Movimiento de Unidad Villense) fue brutalmente agredida junto a miembros de su familia por un grupo de malvivientes que intentaron usurpar su vivienda ubicada en calle Colón entre San Luís y Pampa. Los agresores no sólo golpearon a las víctimas arrojándole todo tipo de proyectiles sino que además encendieron un colchón y lo tiraron dentro de la casa, por lo cual la ex edil consideró que quisieron asesinarla. ”Querían matarnos”, aseguró. Los hechos se sucedieron en la noche del lunes 21 aunque la historia que los desencadenó se inició unos días antes.
Por razones familiares Monzón tenía intenciones de vender su vivienda, de características tan humildes que ella misma la definió oportunamente como “un rancho”. En diciembre del año pasado, cuando la estaba poniendo en condiciones para intentar la venta sufrió un robo. En esa oportunidad desconocidos que ingresaron tras violentar una puerta se llevaron parte de la ropa que tenía embalada, dinero en efectivo correspondiente a su último sueldo y una cámara digital.
En esta ocasión ocurrió que apareció un presunto interesado en comprarle la vivienda pero ofertando un monto de dinero que Monzón consideró insuficiente por lo que desestimó la propuesta. Cabe destacar que la ex edil se separó de su esposo tiempo atrás por lo que se afincó en la casa de una hermana pero su hija siguió viviendo en la morada de calle Colón. Pese a ello el lunes por la tarde “nos ocuparon la casa diciendo que estaba siempre sola, que no había nadie”, relató.
Usurpada
Angélica Monzón además de ser militante del Movimiento Evita es una activa impulsora del Banquito Popular de la Buena Fe, cuyas reuniones se realizan en el salón de la Parroquia de Fátima. El lunes por la tarde cumplió con esa actividad y al regresar a su domicilio, alrededor de las 16.30, “me encontré con que había gente dentro de mi casa”. Era la misma persona que en dos oportunidades, en los pasados 10 días, intentó comprarle la casa. La última oferta la realizó el sábado y fue de 10 mil pesos, cantidad que para las necesidades de Monzón fue considerado por ella como escaso dado que su objetivo era comprar otra vivienda.
Patota
Luego de la sorpresa inicial por la irrupción de los usurpadores Angélica y su familia aprovecharon que estos se habían retirado momentáneamente para reingresar. “Nos metimos porque es nuestra casa, sino nos quedábamos en la calle”. Pero cuando los malvivientes regresaron lo hicieron acompañados de otras personas “algunos estaban encapuchados” y “nos atacaron, rompieron todo, destrozaron la casa, nos tiraron ladrillos, nos tiraron masetas”.
No conformes con eso “tiraron dos colchones incendiados para adentro” que lograron apagar pero que igual Monzón consideró como un intento de matarlos. Durante la agresión Angélica recibió un ladrillazo en su rostro y otros en el tórax los que le produjeron lesiones y hematomas. Además tanto ella como su familia recibieron “amenazas de toda índole, que nos van a matar a mi hija, a mí, al padre de mis hijas”, reseñó. La agresión fue denunciada ante la policía y según se pudo establecer el líder de los usurpadores es un individuo con frondoso prontuario delictivo radicado en las cercanías del barrio. Finalmente sobre las últimas horas del lunes Angélica y su familia se vieron obligados a dejar la vivienda, la cual quedó en manos de los usurpadores.
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