Cuando escribo esta nota se está desarrollando aún la vigésima edición de la Feria Regional del Libro de Villa Constitución. Propuesta cultural sobre la que ya realicé algunos comentarios en otras entradas de este blog. Cuando algunos prefieren fomentar el olvido y combatir la memoria, tal vez para apropiarse de laureles ajenos cumplo aquí en recordar a quienes trabajaron desde un inicio para concretar este proyecto en nuestra ciudad, en especial Florencia Lo Celso y Luis Capriotti (Más abajo reproduzco la nota que escribí para Diario El Sur recordando esos inicios). Pero también hay que mencionar que el prime nexo entre Florencia (impulsora de la Feria) y Villa Constitución fueron Nidia de la Torre y Claudia Quiroga. Y cuando hubo que ponerse a trabajar se sumaron con entusiasmo y capacidad Cristina Espasandín y Silvana López entre otras personas. (En la foto el reencuentro en esta Feria con Nidia, Cristina, Florencia y Claudia).
Como dije, más abajo detallo los inicios de este gran encuentro cultural. Ahora quiero recordar aquella primera Feria reproduciendo la portada del Semanario Tiempo y una nota que escribí allí en 1991.
Los primeros capítulos de una gran obra
Todas las ediciones de la Ferial Regional del Libro presentan a lo largo de su historia ribetes y hechos para destacar. Pero la primera tiene el valor del desafío, esa que, al igual que la primera novia, nunca se olvida por tratarse del amor inaugural. Por eso no podemos dejar de recordarla cuando el romance con la ciudad perdura, tan intenso como aquel primer día de un frío julio de 1991.
En 1991 Villa Constitución disfrutó de su Primera Feria Regional del Libro, que en la actualidad es la más antigua y perdurable de la provincia. Aquella instancia inaugural de este acontecimiento cultural tuvo como escenario el flamante edificio propio de la sucursal local del (en ese entonces) Banco Provincial de Santa Fe y se desarrolló desde el 11 al 14 de julio. Nació como una sugerencia de la profesora y escritora Florencia Lo Celso, quien pertenecía al Area Letras de la Sub Secretaría de Cultura del gobierno santafesino. Propuesta que fue tomada con entusiasmo por la Secretaria de Cultura y Comunicación Social de la municipalidad villense, a cargo del profesor Luis Capriotti.
Así se montó una exposición inusual en la ciudad, lo más cercano para compararla en aquel tiempo era el Salón de Arte Anual, hoy desaparecido. Por lo tanto la apuesta era arriesgada ya que no existían antecedentes para saber si el público iba a acompañar. Y los villenses no solo respaldaron la iniciativa sino que colmaron las instalaciones bancarias durante los cuatro días que se extendió la muestra. “Una verdadera fiesta cultural donde lo poético y literario se volcó a la ciudad desde los salones del Banco Provincial de Santa Fe. Excelente saldo, y ya se piensa en la próxima…”, remarcó el Semanario Tiempo que por aquellos días era el único medio escrito de nuestra ciudad. Su título principal sintetizaba claramente lo acontecido: “Villa aplaudió la Feria del Libro”.
Poemas ilustrados
En aquella primera Feria una de las propuestas más llamativas fue el “Salón del Poema Ilustrado”. La metodología era sencilla y sirvió para complementar la actividad de artistas plásticos y literatos, muchos de la cuales no se conocían entre sí. Los poetas dejaban sus escritos en la Casa de la Cultura y luego los plásticos retiraban el que más le agradase y lo recreaban conformando con esos trabajos una exposición (En la Foto Fernando Ríos y Luis Antolloni, El primero ilustró el poema "Las calles de San Lorenzo", autoría del segundo).
En 1992, en la Segunda Feria se agregó a esa iniciativa la compilación impresa de los poemas a la que se denominó "Primera Antología de Poetas Villenses" mientras que los artistas eligieron algunos de los textos de este libro para representar.
Un hecho auspicioso que tuvo la primera Feria y que se mantuvo a lo largo de su prolífica historia es la presentación de libros de autores locales. Inauguró la serie "Cuentos Indignos" de Aníbal "Yu'í" Páez.
(En la foto estoy presentando a Yu'i en esa ocasión) Escritor que en ese momento coordinaba el Taller de Periodismo y Narrativa en el ya desaparecido Centro Cultural de calle Rivadavia 1373. También el inolvidable Guildo Corres hizo su aporte volviendo a presentar el libro que publicara en octubre de 1990, “De mi pueblo y su gente”. No fueron los únicos pero si los primeros de las decenas de escritores regionales que dejaron su impronta en la Feria.
Poetas inaugurales
Y en este espacio vale la pena recordar a quienes integraron aquella Primera Antología y que, en muchos casos, siguieron formando parte en sucesivas ediciones del gran encuentro cultural de la ciudad: Luis Antolloni, Enrique Arébalo, Miguel Arnau, Martha Báez, Fernando Baldarena, Antonio Buono, Eulogia Cantos, Mario Carrillo, Teófilo Castaño, Martín Castro, Guildo Corres, Alicia Chaves, Nidia de la Torre, Bibiana González, Liliana Florio, Elba de Giuntoli, Adrián Gómez, Ariel Gómez, Mariela Lenzi, Omar Lillardo, Santiago Lischetti, Gladys Lombardo, Mateo Lombardo, Edgar Ludmer, María Florencia Majul, María Jimena Malugani, Norberto Palmieri, Andrea Reboratti, Carlos Reyes, Emilse Ríos, Ocar Santamaría, Gabriela Sosa, Omar Triggiani y Humberto Vangioni. Por supuesto a lo largo de los años se agregarían a ellos nuevos nombres, tantos, que se hace difícil enumerarlos.(En la foto Santiago Lischetti, Luis Antolloni y Martha Báez, los tres integraron la Primera Antología de Poetas Villenes)
El prólogo de esa antología lo escribió el propio Capriotti otorgándole a cada poeta –o al menos los más cercanos a él- los atributos de una flor y al libro en si el sentido de un ramo. En el párrafo final decía: “Compartí con ellos tantos dolores y alegrías que si dijese cosas sesudas y altisonantes se morirían de risa. Pero sabés? Me gustaría tenerlos aquí a todos junto al fuego, compartiendo la música de sus palabras; el color de sus emociones, el olor de sus recuerdos, y ojalá mi perro no se ponga muy cargoso, porque a ama a los poetas. ¿Será cierto eso que los perros se parecen a sus dueños?.
Respeto Nacional
Una vez que la Feria Regional del Libro pasó a realizarse en el Centro Cultural de Rivadavia 1373 (donde actualmente funciona el Concejo Municipal), creció en espacio y ambiciones. Así a los escritores locales y zonales se sumaron personajes reconocidos de las letras argentinas. En una misma feria estuvieron Gastón Gori (autor de La Forestal ) y el veterano de Malvinas Edgardo Esteban, quien presentó su libro “Iluminados por el fuego”, recientemente llevado al cine. Poldy Bird fue otra de las escritoras que se acercó para dar a conocer su obra “Durará lo que dure el mundo”. En tanto Alma Maritano y Carlos Del Frade fueron asiduos concurrentes.
Varias casas, la misma pasión
La Feria Regional del Libro se inició en 1991 bajo la intendencia de Jorge Malugani y cuando la Secretaría de Cultura y Comunicación Social era ocupada por Luis Capriotti. En aquella oportunidad se realizó en las instalaciones del hoy Nuevo Banco de Santa Fe S. A., en San Martín y la ex Corrientes. De 1992 a 1996 se montó en el Centro Cultural de Rivadavia 1373. En 1997, Capriotti renunció a su cargo al ser bajada de categoría el área de Secretaria a Dirección de Cultura, la cual asumió Graciela Schmidt. Estos avatares hicieron peligrar la realización de la Feria y entonces se conformó una Comisión compuesta por ciudadanos que se pusieron a trabajar para que ésta continuara. Y así se hizo, utilizando como sede central la sala de la Asociación Española y como centros de exposición satélites la Galería España, la escuela Nº 381 “María Fernández de Carbonell”, y el Centro Cultural. Se instituyó también por primera vez un lema que identificara la Feria, que entonces fue “Los libros, tren de la vida”.
En 1998 la Feria del Libro volvió al Centro Cultural y se utilizó como anexo las instalaciones del complejo deportivo “La Terraza Paddle”, ubicado sobre calle Córdoba. Al año siguiente, 1999, el sitio de realización, en este caso de una feria mucho más modesta y apurada por las elecciones, fue la escuela Nº 381. El 2000 encontró a Horacio Vaquié como intendente y al profesor Jorge Martín como Secretario de Cultura y realizándose la Feria en el Club Riberas del Paraná. En el 2001 la cita fue en la escuela San Pablo. En el 2002 y 2003 volvió a la Asociación Española, utilizando como anexo, el salón de actos del Palacio Municipal. Jorge Martín dejó su cargo al bajarse nuevamente de categoría el área y Carlos De Pego asumió la Dirección de Cultura. Desde entonces la Sociedad Italiana se transformó en la anfitriona de este encuentro.