jueves, 1 de julio de 2010

FERIA DEL LIBRO. SEGUIR RESCATANDO LA MEMORIA

Como me molestó en demasía que en la 20ª Feria Regional del Libro no se reconociera a quienes fueron los iniciadores y principales impulsores de este acontecimiento, Florencia Lo Celso y Luis Capriotti, voy a  seguir insistiendo desde aquí en mantener viva nuestra memoria. Para ello rescato una entrevista que le realicé a Luis en 1992, para el Semanario Tiempo. En ella hablamos de libros y, por supuesto, de la feria, que por entonces se aprestaba a vivir su segunda edición. En esa época Luis era Secretario de Cultura y Comunicación Social. Aquí esta el facsímil de esa página y debajo el texto completo.




LUIS CAPRIOTTI: "NO PODRÍA IR AL BAÑO SIN UN LIBRO"

Afuera la tarde, vestida de gris y frío, insistía en recordarnos que esta mos en pleno invierno Adentro todo era más cálido, ayudaban los mates, la estufa y los caninos mimos de Viernes (alguien que ya está entrando en la galería de personajes villenses). El dueño de Viernes, Luis Capriotti, y yo charlábamos como tantas veces en idénticas situaciones. Aunque en este caso había una pequeña diferencia: Juan José Pons quería que le hiciera un reportaje con respecto a la Feria del libro a realizarse dentro de pocos días. Y por esa razón estaba allí con Luis, con el que soy demasiado amigo, como para hacer un reportaje convencional. Pero los dos jugamos a que no nos conocíamos y esto es lo que el grabador recogió. 

- Para comenzar, contanos que es para vos un libro. 

- "Un laberinto, es un lindo laberinto donde te vas a meter y vas a encontrar todas las maravillas, o todos los horrores. La sensación del libro recién abierto, esa sensación de antes, cuando uno abría el libro con el cortapapeles es la más hermosa. Es meterte en un mundo donde no sabes qué va a pasar". 

- ¿Y cómo entraste a ese mundo, cuál fue el inicio? 

- "Gracias a ser el hijo menor, dentro de todas las cosas negativas que tiene serlo, de cinco hermanos, esta fue la más positiva, según la historia familiar me usaban como experimento para hacer los deberes. Entonces aprendí a leer a los cuatro años. Y a partir de ahí se transformó en una adicción que mis ojos la están pagando hoy en día".


El Inicio

- Cuál es el primer libro que recordás? 

- "Un libro de cuentos, de esos viejos libros infantiles de los Hermanos Grinn, ese fue el primer libro de cuentos que me perteneció y hasta el día de hoy me acuerdo de las láminas. A mi los libros me marcaron toda una forma de vida. Por ejemplo, a mi me gusta coleccionar libros antiguos, con láminas antiguas, tal vez, tratando de rescatar un poco ese mundo, el mundo de los libros de cuentos**. . 

- Es decir que en cuanto a libros, lo que asocias a tu infancia son los de cuentos

- "Si, lo que pasa es que los libros eran una propiedad, no digo como en la edad media, pero en mi época, a principios del '50, los libros eran caros. A mi me enseñaron a cuidar los libros de chiquito, lo que no quiere decir que no naya roto un montón, pero me enseñaron a quererlos y cuidados. Me dieron una sensación de tesoro con el libro, por eso yo atesoro los libros. Me gusta tener libros. Creo que es una buena herencia que tengo de mi familia, que me enseñaran a querer al libro*'. 

- Ya pasamos por los libros de cuentos, contame ahora qué libro marcó una transición en tu vida entre infancia y adolescencia. 

"Yo creo que desde que empecé a leer ese ya no paré nunca más. Por ejemplo cuando yo estaba en el campo para mí el libro era un vicio. Me devoré todo lo que había en la Biblioteca de Talleres. A tontas y a locas, es decir, leía cualquier cosa desde folletines a Romeo y Julieta que lo conocí a los siete años. Según como venía la onda leía y leía, desaforadamente. Pero el libro al que te referís para mí fue "Las aventuras de Tom Sawyer". Fue el des­cubrimiento de la gran literatura, ahí me di cuenta que se podía, escribir muy bien. Y creo que ahí intenté escribir algo por primera vez en mi vida, por la fuerte impresión que tuve. A partir de entonces empecé a conocer escritores, y después quedé enganchado en la Isla de Robínson Crusoe, luego con Peter Pan. Quedé enganchado con distintos personajes, algunos que marcaron mi vida también". 

- Todo ésto ya en la etapa de la adolescencia.

"Preadolescencia. Ya en la adolescencia vino de golpe y sopetón la etapa de las brujas profesoras de literatura que te obligaban a aprender cosas que no te interesaban. Por ejemplo, cosas maravillosas como el "Mió Cid", como tenías que aprenderlo de memoria no las querías. Después de grande aprendés a quererlas. "Gongora", por ejemplo que es tan delicioso, no aprendí a quererlo en el secundario, pero al mes de la secundaria, vino toda una carnada de profesoras de letras muy buenas, entre ellas Gladys Onega, que de golpe y porrazo abandonó el Mió Cid y empezó a trabajar con Cortázar. Fue ahí donde descubrí los grandes nuestros. Donde aprendí que se podía decir muchas cosas por medio de la literatura, que no era un medio romántico o una forma de escribir lindo no más, sino que era un arma muy importante, incluso temible". 

- Y lo descubriste en una etapa de tu vida muy importante... 

- "Claro, y seguí escribiendo por influencia de esa gente, según como se me iba pegando. Para mi el gran descubrimiento fue García Márquez, una amigo me prestó "Cien años de Soledad", del cual no podía pasar del primer capítulo, se me mezclaban los nombres, los descendientes y todo lo demás. Pero, después de unos meses que probé de leerlo fue maravilloso.  Descubrir eso, pienso que a un chico en esa etapa le cambiaba la vida. Y ahí fue donde empecé a tener plata para comprar libros, aprendí que tenía que comprar. Después estando en Buenos Aires aprendí a ir a las librerías de viejos. Ya con el tiempo me convertí en exquisito y quería tener determinadas ediciones. Empecé a atesorar verdaderos tesoros, ya no sólo libros, sino cosas lindas para la vista no solo para el placer de la lectura. Yo no podría entender la vida sin libros, no podría tener una casa que no tuviese libros, no podría viajar sin un libro, no podría ir al baño sin un libro. No puedo concebir la vida sin libros". 


Primer Feria del Libro 

-Y toda esa pasión desemboca el año pasado en la Primera Feria Regional del Libro. 

- Fue una propuesta que me pareció muy interesante que se une con otra historia; yo siempre creí en Villa. Yo nunca creí en eso de que "en Villa no se puede". Harto estuve de escuchar siempre que en Villa no se puede, que en Villa no hay talento, que "la gente de Villa vos sabes como es", no, yo nunca creí en eso. A la gente de Villa nunca se le dio lo que ella merecía. Eso es lo que creo. Entonces ésta demostró a su vez, a los comerciantes, a los descreídos, que la gente consume libros todavía. Que la gente se interesa por el libro, que le gusta y que el libro no puede ser reemplazado por otro medio". 

- Y ahora la segunda edición este año

- "Que la estamos preparando con todo. Hay un record total; doce presentaciones de libros. Libreros de toda la región, editoriales, presentaciones de espectáculos en base a libros. Mucho más rica que la del año pasado, mucho más amplia y supongo que es como tendría que ser año tras año, venga quien venga. Que esto ya pase a ser un clásico de Villa y no lo pueda sacar nadie". 

- Y seguramente el año que viene la tercera... 

"Seguro, seguro, segunda, tercera, cuarta hasta que terminemos, por los siglos de los siglos. Sería lindo que la gente lo tome como cosa suya, que no sea solo de interés municipal, sino que lo sea de la población. Que cada uno aporte lo suyo, para esto, más allá de quien lo siga naciendo. Que los chicos jóvenes de ahora sean los futuros creadores de la Feria del Libro que venga. Que cada vez va a ser más rica, que va a tener más posibilidades, que cada vez va a haber más gente que venga. El año pasado la gente del departamento no se enteró porque no hubo tiempo para avisarles. Éste año vinieron solos para acercar su propuesta, al igual que los poetas. Hay gente que la espera con ansiedad, está ansiosa de que llegue la Feria del Libro y darse un baño de fiesta". 

En este punto apagué el grabador, en forma arbitraria decidí que no había mucho por decir. Además en mi casa me esperaba la máquina de escribir, y era bastante lo que tenía por desgrabar. Todavía hubo tiempo para otro mate, y algunos cariños de Viernes. Crucé la sala donde Luis guarda su tesoro, del piso al techo docena de libros se acompañan cálidamente. Traté de apropiarme de un poco de ese calor para poder enfrentar el frío de la tarde. Me llevé un poquito nada más, ya que seguramente ese mismo calor, enor­memente multiplicado y amalgamado con mucha buena onda, estará a disposición de quien lo quiera tomar a partir del 11 de agosto en el Centro Cultural. Allí, en ese momento comenzará la "Segunda Feria Regional del Libro". Y créanme, si pasan por allí y se llevan algo de ese calorcito, les va a durar hasta él próximo invierno, yo aún guardo algo del año pasado. Nos vemos allí. 

Ariel Gómez



1 comentario:

  1. Que buen homenaje!!!

    Tenés en archivo la tarde en que hicimos la primer publicación del taller...llovía y terminamos de armar lo libros unos minutos antes de la feria que buenos tiempos!!

    ResponderEliminar

"La Casa", un relato sobre la pandemia de Covid 19

En la entrada anterior de este blog conté que 2021 participé con dos obras del "22º Encuentro Provincial de Poetas y Narradores" e...