jueves, 13 de diciembre de 2012

Homenaje a Pascual Conti


El pasado 3 de diciembre se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Pascual Conti, destacado y querido artista de Villa Constitución. En 1998 lo había entevistado para la página “El Personaje de la Semana”, que escribía para el entonces Diario Del Sur. A continuación reproduzco ese reportaje con algunas ligeras modificaciones que no cambian la esencia de la nota.


Pascual Conti: Una vida al compás del bandoneón

Fue trabajador rural, marinero y ferroviario, pero por sobre todas las cosas es un cantor popular. Pascual Conti nació en Villa y pasó parte de su infancia en Rueda donde nació su pasión por la música, desde entonces no dejó de cantar. Villa Constitución, su querida ciudad, lo vio y lo escuchó a lo largo de una extensa trayectoria compartida con los grandes nombres del tango villense.

Pascual Contí nació en nuestra ciudad el 21 de octubre de 1932, «frente a barrio San Lorenzo, mi papá (Augusto) era un quintero italiano, todos los italianos de aquellos años, que emigraban a la Argentina, eran quinteros. El tenia una quinta frente a barrio San Lorenzo, sobre el lado de la costa». Pronto la fatalidad lo tocaría de cerca, en 1937 cuando iban rumbo a Villa a disfrutar de los corsos -porque «mi papá era un hombre muy divertido», rememora-, «ocurre un accidente en la curva de Malugani donde pierde la vida mi papá, yo iba sentado en la falda con él, íbamos en un sulky, mamá iba al costadito con mi hermano». En ese momento aparece un automóvil que colisiona contra el sulky y «lamentablemente pierde la vida porque golpea con la cabeza contra el asfalto».

En Rueda
Cuatro años más larde su madre, Antonia Camelli, vuelve a casarse, con Contino D'Angelo y toman la decisión de trasladarse a Rueda, «allí hago la escuela primaría, la que empecé un poco tarde, donde había una maestra, Guillermina Sívori, que era profesora de música y con ella empecé a hacer mis primeras armas, con las canciones patrias y todo eso. Ella me seleccionó y me ponía frente a la clase para que cantara». «Después, como se hacían las veladas de fin de año ella me animó y me incitó a cantar tangos, que por entonces estaban en boga», mientras tanto trabajaba con su familia en el campo. Y Pascual siguió cantando «en las fiestitas del Club de Rueda, en fiestas de amigos» donde «me llevaba la gente veterana, más grande». Entre ellos recuerda a un empresario rural llamado Mario Risso con quien compartió numerosas veladas.

Cantando en la marina
Pascual finaliza la escuela primaria y con dieciséis años, el 10 de enero de 1949, seducido por los anuncios radiales, se incorpora a la Marina de Guerra, «en busca de una mejor situación económica y de abrirme un camino». La fortuna lo acerca a un «cabo primero al que le gustaban mucho las obras teatrales y organiza un teatro de aficionados». En los entreactos de los espectáculos, «que se organizaban en las grandes bases militares», este oficial montaba números musicales donde Pascual empezó a hacer «escenas acompañados de suboficiales que tocaban muy bien la guitarra». Y así, en la marina Pascualito fue afianzándose como cantor y adquiriendo experiencia, su debut fue en Bahía Blanca y su despedida de la vida militar en Punta de Indio. Después de seis años decidió volver a la vida civil. De su paso por la marina guarda un especial recuerdo por Nicolino Loche, a quien conoció -y en cuya casa pasó un tiempo- por intermedio del hermano, Felipe, con quien se había hecho muy amigo.

Debut profesional
De regreso a nuestra ciudad, en enero de 1955, -aunque sus padreas seguían en Rueda- Pascual ingresa al ferrocarril en el cual permanecería durante 37 años. Como es lógico se radica en Talleres, «en un bulín alquilado, allí estuve viviendo casi seis años hasta que mis padre volvieron a Villa». Apenas llegado al barrio gana un concurso de cantores organizado por el club Porvenir Talleres y al poco tiempo se le apersona Eduardo «Tito» Muriado quien le propone ser el cantor de un cuarteto que estaba por formar. “Bueno nos ponemos a ensayar, había un pianista de San Nicolás, Rubén San Juan; en violín, Juan Beleme, el villense Mauricio Palma en contrabajo y Tito Muriado en Bandoneón. Esta fue su primera incursión como profesional, “estuvimos algunos años haciendo los clásicos bailes en los clubes, trabajando, porque era una fuente de trabajo”.

De Empalme a Rosario
Más tarde «se abre un certamen grande en Empalme Atlético Empalme, de cantores y, dentro de los ocho finalistas que llegamos, tuve la suerte de ganarlo. El premio era cantar un mes en radio LT 3 Cerealista de Rosario». Hasta allí llega Pascual para cantar acompañado por los guitarristas estables de la emisora. Luego de tres actuaciones, el director de la radio, Raúl Granados, le informa que un director de orquesta típica de Rosario estaba interesado en hablar con él. «Más o menos a las diez y media de la noche aparece un señor muy alto, fumando en boquilla, me observa -yo estaba sentadito allí, en el hall- me saluda y se dirige a la oficina de Raúl Granados. Este señor era el gran director de orquesta típica, «El caballero del piano», nada menos que Raúl Bianchi».

Bianchi le manifiesta su deseo que pase a formar parte de su orquesta, para lo cual tenía que dejar su trabajo en el ferrocarril y radicarse en Rosario. Todavía conmocionado por la propuesta, en el viaje en ómnibus de regreso a Villa, decide rechazar la oferta. «Por razones sentimentales», explica guiñando un ojo, ocurre que estaba recién casado con Elsa y el desafío  era muy grande y arriesgado. Cuando le comunicó telefónicamente esta decisión a Bianchi le contestó: -Mi amigo, se pierde usted la gran oportunidad de ser un profesional». Pero Pascual es así de sentimental, eligió entre el amor a su mujer y su ciudad, a la posibilidad de desarrollar su vocación.

Décadas difíciles
Pero nunca le faltaron oportunidades para cantar y un día, a mediados de la década del 60, apareció José Miguel Fiorio y le dice: «Pascualito voy a hacer un conjunto para trabajar acá en la zona». Así nace «Los Amigos del Tango» con el propio Fiorio como director y bandoneonista, «en el otro bandoneón Roberto Vigoroux, Miguel Ángel Ponce, un gran pianista que tenemos en la ciudad; en el contrabajo  el   'Negro' Gazanea, y en violín, un señor de Rosario, Cataviano». Luego de seis años de actuación en toda la zona la orquesta se desarma, pero al tiempo Juan Defilippi, «el gran maestro del violín» que había disuelto su gran orquesta por las escasas actuaciones (era el tiempo crítico del tango), «se decide y arma un quinteto típico donde estaba él en violín, Narciso Tello y Alfaro en bandoneones; Miguel Ángel Ponce en piano y en contrabajo Gazanea y yo en los cantables». Eran los primeros años de la década del setenta.

Mientras la garganta aguante
Ya en los comienzos de la década del ochenta tuvo la oportunidad de cantar en Canal 5 de Rosario, en el programa “A puro tango”, que conducía Enrique Dumas. Para entonces hacia escasos meses que se había conformado el Villa Constitución Tango Club donde Pascual cantaba con un trío integrado por Jorge Neumann en piano, Eduardo Muriado en bandoneón y Juan Defílippi en violín. Hoy, desaparecidos Neumann y Defílippi, la Orquesta Estable del Tango Club está compuesta por Mario Corti (guitarra), Roberto Vigoroux (bandoneón), Enrique Bozza (contrabajo) y Osvaldo Carafone (piano), con ellos Pascual compartiendo el escenario con Niver Moreyra. 

EPILOGO
Hasta aquí la nota de la edición Nº 224 del jueves 24 de diciembre de 1998 de Diario Del Sur (hoy Diario El Sur). En ella se anticipaba que al domingo siguiente Pascual iba a cantar en el escenario del ciclo Peatonal acompañado por Carlos Inocenti "porque mientras las cuerdas vocales aguanten y el bandoneón me fuerzas voy a seguir cantando". En ese escenario, en pleno centro de la ciudad, fue homenajeado en 2005, noche en la que también cantó acompañado por el maestro Raúl Nofri. Hasta el momento de su muerte siguió recorriendo escenarios de todo el país con la Orquesta Estable del Tango Club y hasta se presentó en 2007 en el VI Festival del Tango Uruguayo, en ese país. Pascual falleció de un infarto la mañana del 3 de diciembre de 2009 y desde entonces el escenario del ciclo peatonal lleva su nombre.

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